lunes, 9 de febrero de 2015

NEVADO DEL TOLIMA- LA CUMBRE TAN ESPERADA

RUTA NORMAL SUR

DÍA 1:

Son las 5:00 a.m., estamos esperando el jeep, que nos va a llevar hasta la Finca el Silencio, ayer por la tarde viaje en mi moto desde Armenia, el clima bastante inestable pero por lo menos no llovió en el Alto de la Línea, hasta tuve cielo azul y totalmente despejado, pase una noche agitada, me imagino que los nervios influyeron en la desvelada,pero es que todavía no lo puedo creer, estar acá sentado frente al Hospital de Ibagué, con todo el equipo necesario para intentar por fin llegar a esa cumbre tan anhelada, la del Nevado del Tolima.
Pero esta historia tiene un comienzo bastante curioso, en un día de ocio, navegando sin rumbo fijo, por pura curiosidad decido mirar en Wikipedia la información referente al Nevado, la verdad es poca y quede un poco desilusionado, pero al final tiene algunos enlaces, uno de los cuales llama mi atención, http://www.rutadirecta.info/  prometedor, al entrar es como el paraíso para todo neófito y amante del montañismo, no lo podía creer, tanta información, fotos, rutas en fin algo de locos. Empiezo por enviar una felicitación a esta buena persona,  por raro que parezca me contesta, que es algo extraño, quedo desorientado, de pronto recuerdo que puedo devolver en algo su generosidad o tal vez aportarle una pequeña alegría, en la biblioteca que herede de mi Abuelo materno, existen unas revistas de los años 30, llamadas Pan, en una de ellas se encontraba un artículo muy completo con fotos y mapas, de un ascenso a la Sierra Nevada del Cocuy, por el pionero del montañismo en nuestro país E. Krauss. Le escribo por su Blog, la necesidad de su correo electrónico ya  que le tengo una sorpresa, en fin le cuento todo y le regalo la revista. Su respuesta me deja aún más sorprendido y perplejo, en agradecimiento me invita al Nevado, ya que precisamente en los próximos días un cliente de España lo contrató para nuevamente intentar la cumbre por la Ruta Sur. La verdad no lo podía creer, me parecía algo irreal, además de que no tener el equipo, ni la preparación física adecuada, su respuesta no tardó en llegar, lo único que debía preocuparme era estar en Ibagué el 27 de diciembre.
Volvamos a nuestra reseña, la espera se hace un poco larga y desesperante, ya que el carro no cumple con la hora acordada de recogida, bueno pero por fin aparece, que alivio, subimos los morrales y arrancamos, recorremos la desierta ciudad, me sorprende un barrio antiguo muy bonito por el centro, bajamos en dirección al Rio Combeima, todo el trayecto en esta primera parte va bordeándolo, tiene una cierta semejanza con el valle del Rio Quindío, desde Salento hacia el Valle de Cocora, cruzamos por varios barrios y pequeños caseríos, en el último de ellos Juntas nos detenemos a tomar un café, hasta este lugar es pavimentada la vía, de allí en adelante es destapada , pero en buen estado, rinde bastante, pasamos por la cabaña de Parques Nacionales, donde como cosa normal, no hay ningún funcionario, los paisajes son increíbles, sobre todo esas maravillosas e impresionantes paredes de roca del cañón del Río, llegamos al final, allí a mano derecha, se encuentra la Casa, nos acercamosa hablar con los encargados para que nos vendan tres desayunos, los cuales son preparados de forma ágil y rápida, ahora ya estamos listos, antes de salir nos tomamos una foto junto a la Valla, todavía con el ánimo en alto.


Esta primera parte es fácil de superar, se cruzan pequeños arroyos, en el camino nos adelantamos a varios turistas que van para los Termales, me parece extraño verlos sin calzado adecuado, sin agua , no prevén nada y la distancia no es tan corta.
Al poco tiempo encontramos un fuerte descenso, que finalmente nos conduce hasta la orilla del Río, este se debe cruzar por unos puentes artesanales hechos en madera, que a veces están en regular estado, también cambia su ubicación dependiendo del invierno, recuerdo un sector en que literalmente recorrimos el lecho, creo que alcance a pensar en lo peligroso de estar en ese lugar si empezara una creciente súbita, pero es un tramo corto, ya salimos a la otra orilla, avanzamos por unos potreros de poca pendiente al final de ellos podemos observar las instalaciones delos Termales el Rancho, debemos desviarnos al pasar la puerta a mano derecha, cruzando cerca de las piscinas, en escasos minutos entramos al Bosque por una senda un poco estrecha, al poco tiempo, veo un sitio que me llama la atención, el camino es cortado literalmente por una roca, este tramo se supera por unos pequeños peldaños, además utilizando las manos para asegurarnos. El camino está en regular estado, me imagino que es por el fuerte invierno, aparece al frente nuestro un sector de bastante inclinación conocido como Raíces, duro de superar acá toca utilizar las manos tomando las ramas, lianas en fin todo lo que está a nuestro alcance, de repente Henry nos señala un pequeño sitio al lado del camino, a mano izquierda, es un descuidado Mirador, donde observo sorprendido, la altura ganada en este corto lapso de tiempo. De este sitio en adelante es un poco más fácil de transitar el Camino, de todas formas en ciertos sectores la misma naturaleza nos obliga casi a gatear para superar algunos tramos, además los morrales se enredan y atascan.



Empezamos a escuchar un sonido sordo dentro de esta montaña que recorremos, un poco más adelante desde una curva puedo apreciar el tamaño de La Cascada, a donde llegamos en corto tiempo, allí tomamos un pequeño descanso. Continuamos avanzando, hasta el momento puedo mantener un ritmo aceptable, aunque para ser sinceros no me siento del todo bien, de pronto aparece frente a mí el sitio conocido como Lajas, las proporciones del lugar me dejan confundido, me parece un poco intimidante, además de opresivo, lo que deseaba era superarlo lo más rápido posible, voy atrás, pongo mucha atención en donde pisan mis dos Compañeros, pero de pronto mi pie derecho resbala, el instinto me impulsa a arrojarme al suelo, para evitar caer al abismo, mis Compañeros al notarlo me preguntan si estoy bien, a lo que contesto que sí, que no pasó nada, faltaba muy poco para terminar de cruzar, esta parte del camino está señalizado con cintas para ayudar en el transito del lugar. Ahora voy sufriendo de verdad la dureza del camino, trato de concentrarme para mantener elritmo, cosa que me es casi imposible, en este estado arribamos a Tierra de Gigantes, un lugar especial, donde a pesar de mi estado de ánimo, pude recuperarme un poco. Al pasar este sector aumentan las pendientes, cada vez más y más fuertes, al mismo tiempo mi sufrimiento crece en forma desmedida, me empiezo a retrasar, esto hace mella en la parte mental, ya que el poder ver y escuchar a tus Compañeros sirve como motivación para continuar avanzando, pero en fin continuo, en una de las varias ocasiones en que les pude dar alcance, obviamente  cuando se detenían a descansar y esperarme, apenas salí de una curva, lo primero que me preguntaron era si me sentía bien, ya que la cara me cambiaba constantemente de colores, me reí de buena gana del chiste, admitiendo que estaba agotado, pero que un pequeño descanso me caería bien. De esta última detención hasta la entrada al Páramo, la verdad no recuerdo si no el sufrimiento tan espantoso por el que estaba pasando, cuando por fin me señalaron lo cerca que estábamos, me pareció como un sueño hecho realidad, volví a ver el cielo azul y plenamente despejado, que cambio, por fin salimos del bosque, a pocos metros se encuentra el desvió a mano derecha, en esa época no tenía señalización, una referencia es una gran Roca en el Camino, la distancia es corta, por fin aparecen las Cuevas, puedo quitarme el morral y descansar. Alistamos el terreno, armamos la carpa, organizamos el lugar, nos preparamos una excelente comida y por fin a reposar. Aprovechando la hermosa tarde que nos regala el Páramo, nos movemos hasta el Camino para desde allí observar en todo su esplendor el Nevado, además aprovechamos para tomar unas buenas fotos. Regresamos a nuestro Campamento nos alistarnos para dormir.



DÍA 2:

La verdad nunca me había acostado a las 6:00 p.m. pero para el intento de Cima era necesario descansar, sobre todo después del día anterior, en el que el Camino me golpeo con toda su dureza, dejándome en un estado lamentable, ahora me daba cuenta en carne propia de las grandes dificultades que implica esta Ruta. La noche se me hizo eterna, cada momento me despertaba sobresaltado pensando que la hora propuesta para salir ya se había pasado. Henry desde la media noche se asomaba para revisar y analizar el estado del tiempo, por fin dio la orden de empezar a prepararnos, aliste mis equipos, mientras comía cualquier cosa, como termine de primero me pidieron el favor de que les llenara sus botellas con agua, vuelvoal campamento y se las entrego, de inmediato noto extrañado que Henry está empacando un Sleeping, la Sobre Carpa y la Estufa, confundido le pregunto para que lleva estos elementos, su respuesta es que de pronto son necesarios, la verdad no pregunte nada más, al final del día me revelarían toda la verdad. Seguíamos un poco indecisos si salir o esperar un poco, a ver si el clima mejoraba, pero al final se tomó la decisión de salir a las 3:00 a.m. Esperanzados en el cambio de las condiciones climáticas. Retornamos al cruce utilizado la tarde anterior, empezando a subir por el Páramo, a esta hora totalmente cubierto de una espesa capa de Niebla, el Camino como está bien marcado es fácil de seguir, además el ritmo no es tan fuerte, así llegamos hasta el Campamento 4.000, último lugar donde es posible conseguir agua, la verdad esta solo se puede recoger de los pequeños y casi secos arroyuelos que bajan del Nevado. Seguimos avanzando, el Camino empieza a cambiar pues estamos en la transición del Páramo y las Morrenas, después de un pequeño lapso de  tiempo, observamos dos pequeñas luces que descienden rápidamente de la montaña, decidimos sentarnos a esperarlos, para conocer el estado del clima a mayor altura. En pocos minutos aparecen en el lugar, nos explican que habían salido del Campamento 4.000 a media noche, con un clima muy inestable, pero así resolvieron continuar, nos confirmaron que las condiciones estaban bastante malas, baja visibilidad, por tal motivo regresaban a su Campamento, además nos comunicaron su intención de moverse a Latas e intentar atacar la Cumbre la noche siguiente, se despidieron, quedamos un poco más desconcertados, pero concluimos que podíamos seguir, a ver que sucedía con el clima, si no mejoraba pues retornaríamos a la Cueva, el camino empieza a desaparecer, ahora todo depende de Henry y su sentido de navegación, avanzamos y por increíble que parezca el clima empieza a mejorar, de un momento a otro, el cielo se despeja de nubes, apareciendo un maravilloso espectáculo de miles y miles de estrellas, es sobrecogedor y me deja sin palabras, pero a cambio de este alivio tan radical empieza a aumentar el viento, al principio suave pero poco a poco se torna más fuerte y molesto. Nos acercamos al Espolón Rocoso, sitio escogido para ascender, comienza a amanecer, es un momento inolvidable, podemos observar en todo su esplendor al Nevado del Tolima, estamos además sobre las nubes, allá en el fondo por el oriente, empieza a emerger el Sol, lo recibimos con alivio y nos motiva a continuar. Tengo un recuerdo de este sector, el casco lo tengo con la cinta del morral, en un descanso al abrirlo y con el viento, sale disparado unos 10 metros hacia abajo, me pongo en pie para recogerlo antes de que desaparezca, se me hizo largo pero logré recuperarlo. Estamos en la base del Espolón, pero llegamos un poco a la derecha, tratamos inútilmente de buscar algún lugar para escalar, pero no es posible encontrar un sitio factible, no tenemos más remedio que bajar unos metros hasta encontrar la forma de subir. Al estar  parados ya sobre el Espolón Rocoso, notamos sorprendidos la gran cantidad de Nieve que ha caído la noche anterior, al llegar a la primera de estas acumulaciones nos colocamos los Crampones para aumentar la seguridad, desde este instante empieza a aumentar la inclinación, empezamos a turnarnos en abrir huella, que es un poco desgastante, así continuamos avanzando, al lograr superar cada una de estas pendientes,  que me representan un alivio, este se desvanece de inmediato al aparecer la siguiente rampa. 


También pasamos sectores rocosos que acaban de desgastarme, aunque son fáciles de escalar. Saliendo de este sector, Daniel que va un poco más adelante, se le atasca una pierna en un hoyo, constándole bastante trabajo liberarse. En un momento dado miro hacia atrás, una aparición irreal, veo a otro Montañista, que acaba de alcanzar a Henry, a los pocos minutos nos reunimos los cuatro, nos presentaron a Truman, una leyenda del Montañismo Tolimense, este venía desde el Rancho, para hacer Cumbre y regresar en el mismo día. En este momento ya nos encontrábamos en el Glaciar, por desgracia el clima no ayuda mucho, continua la baja visibilidad, gran cantidad de nubes me impiden apreciar todo el panorama. Desde este punto en adelante comenzó a golpearme el cansancio, íbamos en el siguiente orden, adelante abriendo huella y a un ritmo increíble Truman, después Daniel, a continuación venía Yo, un poco más atrás Henry. Este último decidió dejar su morral en el sitio donde nos desviaríamos al regreso ya que no íbamos a utilizar la Ruta empleada hasta ahora. Continúe avanzando solo, ya que perdí de vista a mis dos Compañeros de adelante, a mi derecha después de un tiempo, apareció de repente el Cráter, es impresionante , de vez en cuando  me llegaban los olores emanados por su fumarola.


Ahora si empezó mi tortura, me costaba mucho trabajo mantener el ritmo, me empecé a desesperar, decidí entonces concentrarme y utilizar una técnica, la cual consiste en caminar un determinado número de pasos, parar un momento, tomar aire y volver a empezar, el número que escogí fue el quince, pero no lo contaba como un paso individual, sino doble, así logré avanzar un poco mejor. En algún momento en el cual me detuve, llegue a pensar que no lo lograría, que la pendiente y el cansancio me iban a vencer, estaba extenuado, de pronto sentí la voz de Henry que me animaba a continuar, yo de inmediato le conteste que estaba muy extenuado, que no podía seguir, entonces me señaló hacia adelante, diciéndome que como me iba a rendir, si ya me faltaba tan poco, en ese instante pude observar claramente a mis dos Compañeros parados esperándome, seguí caminando con toda la fuerza de voluntad posible, rápidamente deje atrás esta última pendiente y a las 12:30 p.m. llegaba a la Cumbre de mi querido Nevado del Tolima, en esos pasos finales me embargó una felicidad y una emoción indescriptible, lloré al recordar a mi Madre, a mi esposa Ada, A mi Abuela. A las que dedique esta maravillosa y hermosa Cumbre.


Por fin cumplía mi sueño, lo esperaba desde el año 1.998, cuando conocí por primera vez este majestuoso Nevado. Todos estos años, en los que así fuera una vez, tratando de subir hasta el Glaciar y desde ese sitio observar la cumbre y soñar.Nos felicitamos, tomamos las fotos de rigor, Truman para celebrar este momento memorable, nos invitó a maní con uvas pasas, que delicia comerlas en este mágico lugar. Recordé agradecer a la montaña por permitirme llegar hasta allí, además le pedí poder regresar a casa, la verdad el tiempo se detiene allá arriba, pero debemos emprender el regreso, buscamos el lugar donde está el morral, para desviarnos a la derecha, justo frente a Cerro Negro, vamos buscando una de las varias Canaletas para poder descender.


Debido a la hora y la gran cantidad de nieve acumulada, además de lo blanda que se encuentra, nos enfrentamos a un último obstáculo una pendiente corta que nos obliga a bajar con el Piolet, para evitar una caída. Ahora en la Canaleta podemos observar las impresionantes paredes de hielo del Glaciar Dulima,nos falta un corto tramo de nieve por cruzar, al otro lado nos detenemos a quitarnos los Crampones y el resto del Equipo utilizado hasta el momento. En este lugar Truman se despide y lo vemos alejarse de forma rápida y segura. Vamos por los arenales a partir de este sitio volvemos a observar el Páramo, desde la zona por donde vamos podemos también ver el Campamento Latas, claro que antes se atraviesa un lecho seco, allí cerca están las Placas en homenaje a los Montañistas fallecidos, un sitio bastante impactante y sobrecogedor, en este punto, por fin retomamos el Camino utilizado en la noche, cansado pero feliz, nos detenemos a descansar en una roca, en este lugar me fue revelada toda la verdad sobre los equipos que llevaba Henry, me confeso abiertamente las pocas o nulas posibilidades de que yo llegara a la Cumbre, después de mi mal desempeño del primer día, previniendo, tomo la decisión de que en caso de volver a estar en malas condiciones, armar un Refugio, donde poder dejarme descansar y los esperara, mientras ellos hacían el intento. De verdad aprecié el gesto de los dos, pues se notaba su preocupación por mi seguridad, pero lo que más agradecí fue el no decirme en el campamento todo esto, ya que de lo contrario habría sido contraproducente y mentalmente me hubiese derrumbado.
También me preguntaron si después de esta experiencia tan dura, pensaba algún día repetirla, conteste sin pensarlo dos veces que sí, que ojala pudiera conocer más montañas y compartir más experiencias. De este punto en adelante, por el Páramo, ahora si el cansancio y el hambre me estaban doblegando, me retrasé un poco, perdí de vista a mis Compañeros, pero me encontraba muy cerca de la Cueva, al fin el cruce a la izquierda, unos pocos pasos más y a descansar, nos cambiamos de ropa, preparar la comida en abundancia, la cual me acabó de levantar el ánimo, se terminaba el segundo día y el objetivo se cumplió.

DÍA  3:

El descanso de la noche, me ayuda a empezar este nuevo día con mucha mejor moral, preparamos un buen desayuno, con mucha calma, la verdad no tenemos ningún afán, después comenzamos a desmontar y empacar todo el Campamento, nos vamos pero en el fondo de mi alma, guardaré por siempre el recuerdo de este lugar. Volvemos a nuestra Ruta, al retomar el camino observamos la gran cantidad de lluvia que ha caído en este mes, todo me hacía pensar que bajando sería más fácil, pero que equivocado estaba, solo al dar estos primeros pasos noto sorprendido lo rápido que vuelve el dolor a mis adoloridos músculos, es algo tremendo, por que empiezo a sufrir de lo lindo, trato de concentrarme, de buscar tomar un ritmo parejo, pero nada, cada bajada por esas rocas resbalosas, agarrándome de todo lo que está cerca de mis manos, cada paso es una nueva tortura, este cansancio acumulado de los dos días anteriores está pasándome factura, lo más curioso de todo esto, es que prefiero los pequeños sectores de ascenso en el camino, donde para mi total sorpresa pueden descansar mis maltratados músculos, el paso por Tierra de Gigantes fue tal vez el que me desespero más, por los movimientos cerca a la quebrada, en esos pasos resbalosos.


En el transito hasta Lajas como cosa rara no recuerdo nada, pero al llegar a este último lugar, me detengo unos segundos en el sitio exacto donde sufrí la caída, me deja sin aliento la profundidad de este zona, allí nos cruzamos con un Caminante, que como otros piensan que llevar a sus perros a la Montaña es algo maravilloso, que equivocados están.


Nueva detención en la Cascada, la verdad que subiendo no me fije mucho en ella por lo regular que me encontraba, pero ahora que voy un poco más tranquilo, puedo apreciar su tamaño, aunque según nos cuenta Henry no es aconsejable demorarse por el peligro de un derrumbe, así continuo con este descenso, no sé en qué momento estaba otra vez parado en el pequeño y descuidado Mirador, observando con unas ganas horribles de llegar a los Termales, que muy pequeños se ven desde allí. Como cosa rara en toda esta aventura voy atrás, rezagado, muy lento, pero solo me resta un último tramo de Bosque, al final llego donde mis Compañeros que me esperan en un prado cerca a la entrada de los Termales, nos tomamos un pequeño descanso en este lugar, ahora vamos bajando por esos potreros fáciles de recorrer, de esta manera llegamos al Río que cruzamos sin ninguna novedad, tal vez un detalle que me faltaba recordar era una última pendiente, la cual subí lentamente, ahora estoy en el tramo final, puedo observar la Casa del Silencio, que felicidad,  ahora sí puedo decir que cumplí con mi sueño. Gracias a Henry y Daniel por todo su apoyo y comprensión.


FIN.