DÍA 1:
Son las 5:00 a.m., estamos
esperando el jeep, que nos va a llevar hasta la Finca el Silencio, ayer por la
tarde viaje en mi moto desde Armenia, el clima bastante inestable pero por lo
menos no llovió en el Alto de la Línea, hasta tuve cielo azul y totalmente
despejado, pase una noche agitada, me imagino que los nervios influyeron en la
desvelada,pero es que todavía no lo puedo creer, estar acá sentado frente al
Hospital de Ibagué, con todo el equipo necesario para intentar por fin llegar a
esa cumbre tan anhelada, la del Nevado del Tolima.
Pero esta historia tiene un
comienzo bastante curioso, en un día de ocio, navegando sin rumbo fijo, por
pura curiosidad decido mirar en Wikipedia la información referente al Nevado,
la verdad es poca y quede un poco desilusionado, pero al final tiene algunos
enlaces, uno de los cuales llama mi atención, http://www.rutadirecta.info/ prometedor,
al entrar es como el paraíso para todo neófito y amante del montañismo, no lo
podía creer, tanta información, fotos, rutas en fin algo de locos. Empiezo por
enviar una felicitación a esta buena persona,
por raro que parezca me contesta, que es algo extraño, quedo desorientado,
de pronto recuerdo que puedo devolver en algo su generosidad o tal vez
aportarle una pequeña alegría, en la biblioteca que herede de mi Abuelo
materno, existen unas revistas de los años 30, llamadas Pan, en una de ellas se
encontraba un artículo muy completo con fotos y mapas, de un ascenso a la
Sierra Nevada del Cocuy, por el pionero del montañismo en nuestro país E.
Krauss. Le escribo por su Blog, la necesidad de su correo electrónico ya que le tengo una sorpresa, en fin le cuento
todo y le regalo la revista. Su respuesta me deja aún más sorprendido y
perplejo, en agradecimiento me invita al Nevado, ya que precisamente en los
próximos días un cliente de España lo contrató para nuevamente intentar la
cumbre por la Ruta Sur. La verdad no lo podía creer, me parecía algo irreal,
además de que no tener el equipo, ni la preparación física adecuada, su
respuesta no tardó en llegar, lo único que debía preocuparme era estar en
Ibagué el 27 de diciembre.
Volvamos a nuestra reseña,
la espera se hace un poco larga y desesperante, ya que el carro no cumple con
la hora acordada de recogida, bueno pero por fin aparece, que alivio, subimos
los morrales y arrancamos, recorremos la desierta ciudad, me sorprende un
barrio antiguo muy bonito por el centro, bajamos en dirección al Rio Combeima,
todo el trayecto en esta primera parte va bordeándolo, tiene una cierta
semejanza con el valle del Rio Quindío, desde Salento hacia el Valle de Cocora,
cruzamos por varios barrios y pequeños caseríos, en el último de ellos Juntas
nos detenemos a tomar un café, hasta este lugar es pavimentada la vía, de allí en
adelante es destapada , pero en buen estado, rinde bastante, pasamos por la
cabaña de Parques Nacionales, donde como cosa normal, no hay ningún
funcionario, los paisajes son increíbles, sobre todo esas maravillosas e
impresionantes paredes de roca del cañón del Río, llegamos al final, allí a
mano derecha, se encuentra la Casa, nos acercamosa hablar con los encargados
para que nos vendan tres desayunos, los cuales son preparados de forma ágil y
rápida, ahora ya estamos listos, antes de salir nos tomamos una foto junto a la
Valla, todavía con el ánimo en alto.
Esta primera parte es fácil de superar, se
cruzan pequeños arroyos, en el camino nos adelantamos a varios turistas que van
para los Termales, me parece extraño verlos sin calzado adecuado, sin agua , no
prevén nada y la distancia no es tan corta.
Al poco tiempo encontramos
un fuerte descenso, que finalmente nos conduce hasta la orilla del Río, este se
debe cruzar por unos puentes artesanales hechos en madera, que a veces están en
regular estado, también cambia su ubicación dependiendo del invierno, recuerdo
un sector en que literalmente recorrimos el lecho, creo que alcance a pensar en
lo peligroso de estar en ese lugar si empezara una creciente súbita, pero es un
tramo corto, ya salimos a la otra orilla, avanzamos por unos potreros de poca
pendiente al final de ellos podemos observar las instalaciones delos Termales
el Rancho, debemos desviarnos al pasar la puerta a mano derecha, cruzando cerca
de las piscinas, en escasos minutos entramos al Bosque por una senda un poco
estrecha, al poco tiempo, veo un sitio que me llama la atención, el camino es
cortado literalmente por una roca, este tramo se supera por unos pequeños
peldaños, además utilizando las manos para asegurarnos. El camino está en
regular estado, me imagino que es por el fuerte invierno, aparece al frente
nuestro un sector de bastante inclinación conocido como Raíces, duro de superar
acá toca utilizar las manos tomando las ramas, lianas en fin todo lo que está a
nuestro alcance, de repente Henry nos señala un pequeño sitio al lado del
camino, a mano izquierda, es un descuidado Mirador, donde observo sorprendido,
la altura ganada en este corto lapso de tiempo. De este sitio en adelante es un
poco más fácil de transitar el Camino, de todas formas en ciertos sectores la
misma naturaleza nos obliga casi a gatear para superar algunos tramos, además
los morrales se enredan y atascan.
Empezamos a escuchar un sonido sordo dentro
de esta montaña que recorremos, un poco más adelante desde una curva puedo
apreciar el tamaño de La Cascada, a donde llegamos en corto tiempo, allí
tomamos un pequeño descanso. Continuamos avanzando, hasta el momento puedo
mantener un ritmo aceptable, aunque para ser sinceros no me siento del todo
bien, de pronto aparece frente a mí el sitio conocido como Lajas, las
proporciones del lugar me dejan confundido, me parece un poco intimidante,
además de opresivo, lo que deseaba era superarlo lo más rápido posible, voy
atrás, pongo mucha atención en donde pisan mis dos Compañeros, pero de pronto
mi pie derecho resbala, el instinto me impulsa a arrojarme al suelo, para evitar
caer al abismo, mis Compañeros al notarlo me preguntan si estoy bien, a lo que
contesto que sí, que no pasó nada, faltaba muy poco para terminar de cruzar,
esta parte del camino está señalizado con cintas para ayudar en el transito del
lugar. Ahora voy sufriendo de verdad la dureza del camino, trato de
concentrarme para mantener elritmo, cosa que me es casi imposible, en este
estado arribamos a Tierra de Gigantes, un lugar especial, donde a pesar de mi
estado de ánimo, pude recuperarme un poco. Al pasar este sector aumentan las
pendientes, cada vez más y más fuertes, al mismo tiempo mi sufrimiento crece en
forma desmedida, me empiezo a retrasar, esto hace mella en la parte mental, ya
que el poder ver y escuchar a tus Compañeros sirve como motivación para
continuar avanzando, pero en fin continuo, en una de las varias ocasiones en
que les pude dar alcance, obviamente
cuando se detenían a descansar y esperarme, apenas salí de una curva, lo
primero que me preguntaron era si me sentía bien, ya que la cara me cambiaba
constantemente de colores, me reí de buena gana del chiste, admitiendo que
estaba agotado, pero que un pequeño descanso me caería bien. De esta última
detención hasta la entrada al Páramo, la verdad no recuerdo si no el
sufrimiento tan espantoso por el que estaba pasando, cuando por fin me
señalaron lo cerca que estábamos, me pareció como un sueño hecho realidad,
volví a ver el cielo azul y plenamente despejado, que cambio, por fin salimos
del bosque, a pocos metros se encuentra el desvió a mano derecha, en esa época
no tenía señalización, una referencia es una gran Roca en el Camino, la
distancia es corta, por fin aparecen las Cuevas, puedo quitarme el morral y
descansar. Alistamos el terreno, armamos la carpa, organizamos el lugar, nos preparamos
una excelente comida y por fin a reposar. Aprovechando la hermosa tarde que nos
regala el Páramo, nos movemos hasta el Camino para desde allí observar en todo
su esplendor el Nevado, además aprovechamos para tomar unas buenas fotos.
Regresamos a nuestro Campamento nos alistarnos para dormir.
DÍA 2:
La verdad nunca me había
acostado a las 6:00 p.m. pero para el intento de Cima era necesario descansar,
sobre todo después del día anterior, en el que el Camino me golpeo con toda su
dureza, dejándome en un estado lamentable, ahora me daba cuenta en carne propia
de las grandes dificultades que implica esta Ruta. La noche se me hizo eterna,
cada momento me despertaba sobresaltado pensando que la hora propuesta para
salir ya se había pasado. Henry desde la media noche se asomaba para revisar y
analizar el estado del tiempo, por fin dio la orden de empezar a prepararnos,
aliste mis equipos, mientras comía cualquier cosa, como termine de primero me
pidieron el favor de que les llenara sus botellas con agua, vuelvoal campamento
y se las entrego, de inmediato noto extrañado que Henry está empacando un
Sleeping, la Sobre Carpa y la Estufa, confundido le pregunto para que lleva
estos elementos, su respuesta es que de pronto son necesarios, la verdad no
pregunte nada más, al final del día me revelarían toda la verdad. Seguíamos un
poco indecisos si salir o esperar un poco, a ver si el clima mejoraba, pero al
final se tomó la decisión de salir a las 3:00 a.m. Esperanzados en el cambio de
las condiciones climáticas. Retornamos al cruce utilizado la tarde anterior,
empezando a subir por el Páramo, a esta hora totalmente cubierto de una espesa
capa de Niebla, el Camino como está bien marcado es fácil de seguir, además el
ritmo no es tan fuerte, así llegamos hasta el Campamento 4.000, último lugar
donde es posible conseguir agua, la verdad esta solo se puede recoger de los
pequeños y casi secos arroyuelos que bajan del Nevado. Seguimos avanzando, el Camino
empieza a cambiar pues estamos en la transición del Páramo y las Morrenas,
después de un pequeño lapso de tiempo,
observamos dos pequeñas luces que descienden rápidamente de la montaña,
decidimos sentarnos a esperarlos, para conocer el estado del clima a mayor
altura. En pocos minutos aparecen en el lugar, nos explican que habían salido
del Campamento 4.000 a media noche, con un clima muy inestable, pero así
resolvieron continuar, nos confirmaron que las condiciones estaban bastante
malas, baja visibilidad, por tal motivo regresaban a su Campamento, además nos
comunicaron su intención de moverse a Latas e intentar atacar la Cumbre la
noche siguiente, se despidieron, quedamos un poco más desconcertados, pero
concluimos que podíamos seguir, a ver que sucedía con el clima, si no mejoraba
pues retornaríamos a la Cueva, el camino empieza a desaparecer, ahora todo
depende de Henry y su sentido de navegación, avanzamos y por increíble que
parezca el clima empieza a mejorar, de un momento a otro, el cielo se despeja
de nubes, apareciendo un maravilloso espectáculo de miles y miles de estrellas,
es sobrecogedor y me deja sin palabras, pero a cambio de este alivio tan
radical empieza a aumentar el viento, al principio suave pero poco a poco se
torna más fuerte y molesto. Nos acercamos al Espolón Rocoso, sitio escogido
para ascender, comienza a amanecer, es un momento inolvidable, podemos observar
en todo su esplendor al Nevado del Tolima, estamos además sobre las nubes, allá
en el fondo por el oriente, empieza a emerger el Sol, lo recibimos con alivio y
nos motiva a continuar. Tengo un recuerdo de este sector, el casco lo tengo con
la cinta del morral, en un descanso al abrirlo y con el viento, sale disparado
unos 10 metros hacia abajo, me pongo en pie para recogerlo antes de que
desaparezca, se me hizo largo pero logré recuperarlo. Estamos en la base del Espolón,
pero llegamos un poco a la derecha, tratamos inútilmente de buscar algún lugar
para escalar, pero no es posible encontrar un sitio factible, no tenemos más
remedio que bajar unos metros hasta encontrar la forma de subir. Al estar parados ya sobre el Espolón Rocoso, notamos
sorprendidos la gran cantidad de Nieve que ha caído la noche anterior, al
llegar a la primera de estas acumulaciones nos colocamos los Crampones para
aumentar la seguridad, desde este instante empieza a aumentar la inclinación,
empezamos a turnarnos en abrir huella, que es un poco desgastante, así
continuamos avanzando, al lograr superar cada una de estas pendientes, que me representan un alivio, este se
desvanece de inmediato al aparecer la siguiente rampa.
También pasamos sectores
rocosos que acaban de desgastarme, aunque son fáciles de escalar. Saliendo de
este sector, Daniel que va un poco más adelante, se le atasca una pierna en un
hoyo, constándole bastante trabajo liberarse. En un momento dado miro hacia
atrás, una aparición irreal, veo a otro Montañista, que acaba de alcanzar a
Henry, a los pocos minutos nos reunimos los cuatro, nos presentaron a Truman,
una leyenda del Montañismo Tolimense, este venía desde el Rancho, para hacer Cumbre
y regresar en el mismo día. En este momento ya nos encontrábamos en el Glaciar,
por desgracia el clima no ayuda mucho, continua la baja visibilidad, gran
cantidad de nubes me impiden apreciar todo el panorama. Desde este punto en
adelante comenzó a golpearme el cansancio, íbamos en el siguiente orden,
adelante abriendo huella y a un ritmo increíble Truman, después Daniel, a
continuación venía Yo, un poco más atrás Henry. Este último decidió dejar su
morral en el sitio donde nos desviaríamos al regreso ya que no íbamos a
utilizar la Ruta empleada hasta ahora. Continúe avanzando solo, ya que perdí de
vista a mis dos Compañeros de adelante, a mi derecha después de un tiempo,
apareció de repente el Cráter, es impresionante , de vez en cuando me llegaban los olores emanados por su
fumarola.
Ahora si empezó mi tortura, me costaba mucho trabajo mantener el
ritmo, me empecé a desesperar, decidí entonces concentrarme y utilizar una
técnica, la cual consiste en caminar un determinado número de pasos, parar un
momento, tomar aire y volver a empezar, el número que escogí fue el quince,
pero no lo contaba como un paso individual, sino doble, así logré avanzar un
poco mejor. En algún momento en el cual me detuve, llegue a pensar que no lo
lograría, que la pendiente y el cansancio me iban a vencer, estaba extenuado,
de pronto sentí la voz de Henry que me animaba a continuar, yo de inmediato le
conteste que estaba muy extenuado, que no podía seguir, entonces me señaló
hacia adelante, diciéndome que como me iba a rendir, si ya me faltaba tan poco,
en ese instante pude observar claramente a mis dos Compañeros parados esperándome,
seguí caminando con toda la fuerza de voluntad posible, rápidamente deje atrás
esta última pendiente y a las 12:30 p.m. llegaba a la Cumbre de mi querido
Nevado del Tolima, en esos pasos finales me embargó una felicidad y una emoción
indescriptible, lloré al recordar a mi Madre, a mi esposa Ada, A mi Abuela. A
las que dedique esta maravillosa y hermosa Cumbre.
Por fin cumplía mi sueño, lo
esperaba desde el año 1.998, cuando conocí por primera vez este majestuoso Nevado.
Todos estos años, en los que así fuera una vez, tratando de subir hasta el
Glaciar y desde ese sitio observar la cumbre y soñar.Nos felicitamos, tomamos
las fotos de rigor, Truman para celebrar este momento memorable, nos invitó a
maní con uvas pasas, que delicia comerlas en este mágico lugar. Recordé
agradecer a la montaña por permitirme llegar hasta allí, además le pedí poder
regresar a casa, la verdad el tiempo se detiene allá arriba, pero debemos
emprender el regreso, buscamos el lugar donde está el morral, para desviarnos a
la derecha, justo frente a Cerro Negro, vamos buscando una de las varias Canaletas
para poder descender.
Debido a la hora y la gran cantidad de nieve acumulada, además
de lo blanda que se encuentra, nos enfrentamos a un último obstáculo una
pendiente corta que nos obliga a bajar con el Piolet, para evitar una caída.
Ahora en la Canaleta podemos observar las impresionantes paredes de hielo del
Glaciar Dulima,nos falta un corto tramo de nieve por cruzar, al otro lado nos
detenemos a quitarnos los Crampones y el resto del Equipo utilizado hasta el
momento. En este lugar Truman se despide y lo vemos alejarse de forma rápida y
segura. Vamos por los arenales a partir de este sitio volvemos a observar el Páramo,
desde la zona por donde vamos podemos también ver el Campamento Latas, claro
que antes se atraviesa un lecho seco, allí cerca están las Placas en homenaje a
los Montañistas fallecidos, un sitio bastante impactante y sobrecogedor, en
este punto, por fin retomamos el Camino utilizado en la noche, cansado pero
feliz, nos detenemos a descansar en una roca, en este lugar me fue revelada
toda la verdad sobre los equipos que llevaba Henry, me confeso abiertamente las
pocas o nulas posibilidades de que yo llegara a la Cumbre, después de mi mal
desempeño del primer día, previniendo, tomo la decisión de que en caso de
volver a estar en malas condiciones, armar un Refugio, donde poder dejarme
descansar y los esperara, mientras ellos hacían el intento. De verdad aprecié
el gesto de los dos, pues se notaba su preocupación por mi seguridad, pero lo
que más agradecí fue el no decirme en el campamento todo esto, ya que de lo
contrario habría sido contraproducente y mentalmente me hubiese derrumbado.
También me preguntaron si
después de esta experiencia tan dura, pensaba algún día repetirla, conteste sin
pensarlo dos veces que sí, que ojala pudiera conocer más montañas y compartir
más experiencias. De este punto en adelante, por el Páramo, ahora si el
cansancio y el hambre me estaban doblegando, me retrasé un poco, perdí de vista
a mis Compañeros, pero me encontraba muy cerca de la Cueva, al fin el cruce a
la izquierda, unos pocos pasos más y a descansar, nos cambiamos de ropa,
preparar la comida en abundancia, la cual me acabó de levantar el ánimo, se
terminaba el segundo día y el objetivo se cumplió.
DÍA 3:
El descanso de la noche, me
ayuda a empezar este nuevo día con mucha mejor moral, preparamos un buen
desayuno, con mucha calma, la verdad no tenemos ningún afán, después comenzamos
a desmontar y empacar todo el Campamento, nos vamos pero en el fondo de mi
alma, guardaré por siempre el recuerdo de este lugar. Volvemos a nuestra Ruta,
al retomar el camino observamos la gran cantidad de lluvia que ha caído en este
mes, todo me hacía pensar que bajando sería más fácil, pero que equivocado
estaba, solo al dar estos primeros pasos noto sorprendido lo rápido que vuelve
el dolor a mis adoloridos músculos, es algo tremendo, por que empiezo a sufrir
de lo lindo, trato de concentrarme, de buscar tomar un ritmo parejo, pero nada,
cada bajada por esas rocas resbalosas, agarrándome de todo lo que está cerca de
mis manos, cada paso es una nueva tortura, este cansancio acumulado de los dos
días anteriores está pasándome factura, lo más curioso de todo esto, es que
prefiero los pequeños sectores de ascenso en el camino, donde para mi total
sorpresa pueden descansar mis maltratados músculos, el paso por Tierra de
Gigantes fue tal vez el que me desespero más, por los movimientos cerca a la
quebrada, en esos pasos resbalosos.
En el transito hasta Lajas como cosa rara
no recuerdo nada, pero al llegar a este último lugar, me detengo unos segundos
en el sitio exacto donde sufrí la caída, me deja sin aliento la profundidad de
este zona, allí nos cruzamos con un Caminante, que como otros piensan que
llevar a sus perros a la Montaña es algo maravilloso, que equivocados están.
Nueva detención en la Cascada, la verdad que subiendo no me fije mucho en ella
por lo regular que me encontraba, pero ahora que voy un poco más tranquilo,
puedo apreciar su tamaño, aunque según nos cuenta Henry no es aconsejable
demorarse por el peligro de un derrumbe, así continuo con este descenso, no sé
en qué momento estaba otra vez parado en el pequeño y descuidado Mirador,
observando con unas ganas horribles de llegar a los Termales, que muy pequeños
se ven desde allí. Como cosa rara en toda esta aventura voy atrás, rezagado,
muy lento, pero solo me resta un último tramo de Bosque, al final llego donde
mis Compañeros que me esperan en un prado cerca a la entrada de los Termales,
nos tomamos un pequeño descanso en este lugar, ahora vamos bajando por esos
potreros fáciles de recorrer, de esta manera llegamos al Río que cruzamos sin
ninguna novedad, tal vez un detalle que me faltaba recordar era una última pendiente,
la cual subí lentamente, ahora estoy en el tramo final, puedo observar la Casa
del Silencio, que felicidad, ahora sí
puedo decir que cumplí con mi sueño. Gracias a Henry y Daniel por todo su apoyo
y comprensión.
FIN.
3 comentarios:
woo hoo mi hermano que delicia leer todo, hace rato que quiero ascender a un nevado, tengo un amigo que ha ido 7 u 8 veces al el cocuy, y ya merito - tal como ud -. por ahora quisiera ir a conocer lo mas, sin ascender y la verdad me asalta una duda, no soy de ibague y mi compañía es mi perra jajaj, cree que la puedo llevar hasta cierto punto, solo por caminar, ver paisajes, que cree. saludos!
Excelente
Hola. Me alegra leer tu experiencia. La verdad me pasó algo similar (a nivel de sentimientos) hace un año cuando fui con mi hijo al nevado del Cocuy. La verdad soy citadina y no tengo el rendimiento físico ideal para este tipo de travesias. Me fui convencida que al que le iba a dar duro la subida era a mi chiqui, pero mentiras, fui yo la que casi no puede con la montaña, me dio soroche en el páramo, tuvimos que subir una espectacular pared de roca que prácticamente estaba en vertical, el frio extremo, especialmente cuando pasaban las ventiscas con finas particulas de hielo que pegaban en los poco que quedaba descubierta de la cara como si fueran agujas que viajan a toda velocidad. En más de un momento pense que no lo iba a lograr, que a que hora se me ocurrio la fabulosa idea de irme de "loca" e incluso poner en juego la integridad de mi hijo, pero a la vez también pensaba que esto no me va a quedar grande, que la vista inagualable de la boveda celeste y las condiciones climaticas cambiantes me llenaban de energía, que esta experiencia era el mejor regalo de la vida, de la naturaleza. Que si lo volveria a hacer? Claroooo por supuesto, definitivamente este tipo de experiencias llenan de significado la propia existencia ... Espero que sigas disfrutando al máximo de esta aventura llamada vida
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