domingo, 27 de septiembre de 2015

PRIMERA VEZ A PIE HACIA EL NEVADO DEL TOLIMA


DÍA 1:

Salimos de madrugada desde Quimbaya, para cortar un poco de Camino nos cruzamos por la vía que de Montenegro va  hacia Circasia, que en aquella época no era tan buena, además de angosta. Gracias a uno de los participantes vamos en carro particular, una novedad para nosotros acostumbrados a los Jeep, pronto llegamos a Salento donde nos detenemos unos minutos a completar las provisiones, además aprovechamos para tomarnos un café. Como de todas formas vamos en un campero el último trayecto hasta Cocora, por cierto destapado y en regular estado, donde nos rinde bastante, para llegar a las 6:30 a.m., al último Parqueadero. Ahora solo nos resta revisar Morrales y empezar la Ruta. Esta primera parte va por el valle del Río Quindío.



Nos va bien, como un comentario al no tener Equipos especializados, notamos casi de forma inmediata que nos va a costar trabajo la jornada del día, para ser sinceros vamos un poco incomodos, para completar entre los tres Hombres nos tenemos que repartir la parte del mercado que les corresponde a las Mujeres, ya que no tienen la fuerza suficiente para cargar, así vamos sin ninguna novedad, tal vez nos molesta un poco el sector del sendero donde abundan las rocas, de resto  el Camino seco bastante raro para esta época del año, Septiembre, nos detenemos a tomar un pequeño descanso en la entrada al Bosque en una gran roca, al entrar en este Sector noto que vamos perdiendo el ritmo inicial, claro que es bastante común por los cruces de Puentes angostos e incómodos de atravesar,además somos cinco personas, nuestro compañero Luis E, es el encargado de estar adelante, por la falta de experiencia de los otros tres compañeros decidimos que voy cerrando la línea, de esta forma llegamos a la primera desviación para entrar al Mirador, donde para sorpresa de todos una de las niñas sufre una crisis por cansancio, pensar que estábamos en la parte fácil de la Ruta, se le ayuda con su pequeño morral, para poder seguir, era un aviso de lo que nos esperaba, el ir atrás es duro, porque me tocó empezar a motivar para que avanzáramos, esto nos va desgastando, ya que mentalmente se torna pesado el ambiente del Grupo, el tiempo corre mucho y sin darnos cuenta es hora de almorzar, buscamos un sitio adecuado, donde sin afán comemos, el tramo entre el Mirador y Estrella de Agua, lo superamos con lentitud, además otro compañero empieza a sentirse mal, con una fuerte diarrea, del cruce de las Mirlas en adelante, en este sector de travesía nos golpea fuerte, no podemos mantener un ritmo aceptable y para completar empieza a caer una leve llovizna muy incómoda que nos obliga a colocarnos los impermeables, cuando por fin nos detenemos unos minutos en Estrella de Agua, lugar que pertenece a la Corporación Autónoma del Quindío, me sorprende lo tarde que es 3:00 p.m. Ahora nos enfrentamos a la última parte, los 2.5 k.m.  que son la parte más difícil y dura que nos falta por superar, vamos muy lento, sufrimos el rigor de este áspero tramo, se me hacen interminables,recuerdo los sectores de troncos húmedos y resbalosos, duros de pasar, cuando por fin aparece el lugar escogido para armar el Campamento, en el preciso momento en que descargamos los morrales,  se oscurece, nos ayudamos con nuestras linternas, para poder terminar esta tarea, así conseguimos armar las carpas, mientras tanto las Mujeres se ocupaban de cocinar, para colmo de males empezó a llover, nos refugiamos a comer, algo que nunca voy a olvidar, Espaguetis duros y solos, con Agua de Panela hirviendo, que combinación, pero el aguacero no dejo hacer nada más, después de esta cena tan nutritiva, pero no dejé nada, solo me resta cambiarme la ropa húmeda para poder acostarme a dormir, mi Carpa quedó casi en el camino, pero la verdad pase una excelente noche. Estaba tan cansado que me dormí de inmediato.

DÍA 2:

Nos levantamos muy temprano, el clima está mejor, preparamos el desayuno, empacamos y organizamos los morrales, continuamos caminando, en el Páramo nos rinde un poco más, vuelve la moral, de esta manera llegamos al Valle de los Perdidos, seguimos contando con suerte ya que no hay neblina en este paso, lo único a resaltar de este Tramo es la gran cantidad de agua y por consiguiente barro, acá perdimos el casi buen ritmo que estábamos teniendo, nos cuesta trabajo superarlo, pero cuando llegamos al final,exactamente donde el camino por el que vamos se une al que viene de la Quebrada Cárdenas y la Laguna de la Virgen, respiramos aliviados por haber dejado atrás este sector de la Ruta. Nos enfrentamos a una parte de travesía, fácil de superar, volvemos a encontrarnos mejor, al terminar nos hallamos con ese buen descenso que nos llevará a la Finca la Primavera, no nos detenemos en esta finca, para tratar de avanzar y aprovechar el estado de ánimo tan bueno por el que estamos pasando.
El recorrido hasta la Finca de Aquilino, no nos cuesta ningún trabajo, tal vez el paso de la Quebrada que se encuentra después de la Primavera, por que bajaba más agua de lo habitual y como no tiene puente nos tocó mojarnos un poco al cruzarla, de esta manera vamos transitando por esos potreros que a veces se hacen largos, llegamos al Saladero, al frente podemos observar esta montaña.




Donde debemos girar para buscar el camino, subimos esa corta pendiente, al final de la cual volvemos a terreno fácil de superar, así de este modo localizamos las dos Quebradas, donde paramos a descansar, además aprovechamos para tomar agua. Ya estamos cerca de la Laguna del Encanto, solo resta superar esa última Rampa, al coronar podemos ver en todo su esplendor el Nevado del Tolima y el Paramillo del Quindío, que se despejan a un mismo tiempo, algo que no es tan común, bajamos rodeando la Laguna, desviándonos en lo posible para no pisar los cojines, cosa que no hacen muchas personas que transitan por este lugar. Ahora solo nos resta pasar el cerco y desviarnos a la izquierda, saliéndonos del camino, buscando la mejor forma de subir a las Cuevas de López, el sitio escogido como nuestro Campamento, que en el momento de nuestro arribo se encontraba solo. Ahora a armar las Carpas y prepararnos una buena comida merecida después de la dura jornada, el resto del día lo dedicamos a descansar y relajarnos observando el paisaje.





DÍA 3:

Nos levantamos no tan temprano, preparamos el desayuno, los demás miembros empacamos lo necesario para todo el día, salimos cruzando por el Valle, para así recortar el trayecto, como punto de referencia utilizamos el sitio de Campamento de altura llamado el Calvito, empezando a subir después de cruzar la Quebrada, la Novia de Luis E, se empezó a sentir mal, por lo tanto opto por regresar ala Cueva. Continuamos en una especie de campo traviesa, ya que el Sendero existente por su poco uso desaparece en varios lugares, vemos unas pequeñas Lagunetas que acaban de adornar el lugar por el que transitamos, llegamos un poco desviados y nos tocó subir una pendiente corta para por fin salir al Calvito, donde descansamos un momento, ahora vamos por un camino mucho más usado ya que viene desde la Laguna del Encanto y para decir fácil de superar, de este modo llegamos a la Roca donde empiezan los Arenales. Bastante nieve y baja visibilidad en este sector de la ruta.




Allí volvimos a detenernos a tomar agua y descansar, empezamos a ascender tratando en lo posible de no hacer demasiado zigzag, ya que el hacerlo implica cansarse mucho más, vamos a un ritmo lento, pero por lo menos avanzamos, poco a poco nos acercamos a ese Sector que a veces produce un poco de  desconcierto, las rocas que se atraviesan y cortan el camino, pero esta extraña sensación desaparece al recorrer los primeros metros, donde notamos como se supera de forma muy fácil este tramo. Al terminar nos encontramos con el sitio conocido como el Helipuerto, tal vez el único lugar plano de esta vertiente.



Cruzamos pero a mitad de camino Carolina, nos comunica que no va a continuar ya que se siente un poco mal, la dejamos sentada en una piedra, continuamos de frente hasta llegar a una Pared de Roca, donde giramos a la derecha, buscando una gran Escalera natural, subimos por ella, tomando las debidas precauciones, ya que en varios tramos se acumula nieve convirtiendo el lugar en un sitio un poco peligroso, terminamos, ahora giramos a la izquierda, desde este lugar empiezan a aparecer unos Mojones, que para decir verdad lo único que hacen es confundirnos cuando la visibilidad es baja, tratamos de mantener el Rumbo.


Escalamos ciertos sectores, fáciles de superar, al poco tiempo aparece el Glaciar en todo su esplendor, recorremos un tramo por el borde aprovechando una ventana de buen clima, de pronto, sin saber bien de donde salió, un majestuoso Cóndor, empieza a sobre volarnos, me sorprende el tamaño de su envergadura, además el viento produce un zumbido increíble en sus alas,Caro desde abajo también puede observarlo, este espectáculo de la naturaleza dura unos diez minutos, al cabo de los cuales así como llegó, desaparece dejándonos una sensación de alegría indescriptible. De esta forma emprendemos el regreso, buscando la forma más rápida de encontrar la Escalera usada por la mañana, nos cuesta un poco de trabajo, pero al final lo conseguimos, ahora debemos extremar las medidas de seguridad, ya que bajando es donde suceden los accidentes, al llegar al Helipuerto nos reunimos con Caro, que todavía está emocionada por el encuentro que tuvimos. Recorremos un poco el lugar, para aprovechar y disfrutar el panorama. Así iniciamos el regreso, disfrutamos bajar por los Arenales, al final retomamos el Camino por el Páramo, donde nos rinde mucho, en el Calvito, observamos y notamos que nos habíamos equivocado en la mañana, ya que desde ese lugar, vemos un Camino que baja en dirección a la Cueva, cruzamos para cortarlo un poco más adelante, por este logramos llegar en menos tiempo hasta el Valle y de este sitio nos toma unos minutos lograr alcanzar la Cueva, ahora una buena comida, después a conocer y  recorrer los alrededores, también nos distraemos un poco tratando de pescar unas esquivas Truchas para completar el menú, algo que solo quedo en el intento, pero nos sirvió para estar al tanto de los alrededores de las Cuevas.

DÍA 4:

Empieza nuestro último día, preparamos un desayuno bien reforzado, ya que la idea de todos es llegar hasta Cocora, sabemos que va a ser algo duro, pero creemos que lo podemos conseguir. Empacamos y alistamos nuestros morrales, además recogemos la Basura nuestra y la que los desadaptados abandonan, sin pensar, ni medir el daño tan grande que esto causa en este entorno tan frágil. Recogemos agua en la Quebrada, emprendemos la Ruta, notamos que al bajar el peso, pues vamos un poco mejor, esta primera sección hasta la Laguna, sin novedad, el clima se encuentra bien, aunque notamos gran cantidad de nubes y neblina, dejamos atrás estas primeras y pequeñas pendientes, empezamos a bajar por el Valle, buscando nuestro próximo objetivo las dos Quebradas, sitio obligado de descanso y poder disfrutar de sus refrescantes aguas, en este lugar tomamos la decisión de cambiar de Camino, ya que alguien nos comentó de un pequeño Atajo que desde este sitio uno alcanza a observar, la verdad no es un Camino como tal, sino una gran cantidad de Sendas dejadas por el ganando de una Finca cercana, únicamente al final se nota una pequeña travesía, llegando a un cruce de una pequeña Quebrada, donde por unas piedras se puede atravesar de forma fácil, entramos a un tramo sencillo, donde lo único a resaltar son unos arbustos de bajo tamaño, que en algunos lugares enredan los morrales, salimos al Saladero, quedando sorprendidos por lo rápido que llegamos a él. Ahora estos potreros en los cuales rinde bastante, pasamos por donde Aquilino, sin ningún contratiempo, el sector siguiente, esa pendiente que a veces, si no se usa la trayectoria correcta, al final queda solo la opción de subir derecho, costando más trabajo, de aquí a la Primavera, nada que comentar, solo que como es costumbre la parte final para llegar a la Casa nos pega un poco duro, llegando un poco separados, en este sitio tomamos un descanso corto, porque nos enfrentamos a esas Rampas largas y duras de subir.



Para completar con la lluvia de los días anteriores, se encuentra en regular estado, cambia el clima y aparece una neblina no tan espesa, de esta manera llegamos al Cruce, donde debemos tomar a mano izquierda, este sector si está en malas condiciones, el protagonista es el barro y las constantes caídas que sufrimos, al final lo dejamos atrás y nos enfrentamos a la última etapa del Páramo, por cierto que es una travesía no tan complicada, además que el Camino mejora un poco.
En la entrada del Bosque nueva detención a descansar y tomar agua, decidimos comer para recuperarnos y ganar fuerzas para afrontar la siguiente sección de la Ruta, los 2.5 k.m. tan difíciles que nos separan de nuestro próximo objetivo Estrella de Agua, vuelve el barro y los sectores de troncos tan recordados en la subida, pero no crean que bajando las cosas mejoran como uno piensa, al contrario, nos cuesta trabajo superarlos. Así continuamos hasta lograr llegar a Estrella, un poco cansados pero contentos ya que cada vez estamos más cerca del término de esta aventura, de este lugar al cruce de las Mirlas trecho que aunque no reviste dificultad mayor, tiene Secciones de ascensos un poco duros que nos cuesta trabajo superar. En la intersección al Mirador, volvemos a detenernos, para un corto descanso, de este lugar al Río, la verdad no queda mucho que decir, barro y resbalones a granel, empezamos a recorrer esta parte, con su cruce de puentes,  donde perdemos el buen ritmo que traíamos. Así llegamos al final del Bosque, nos resta este tramo que para ser sinceros estaba en condiciones aceptables, arribo a la Truchera, para enfrentarnos a esa dura pendiente, que superamos lentamente, ahora si estamos en el Portón de Hierro, donde nos abrazamos y celebramos el término de esta excursión.


FIN.

lunes, 22 de junio de 2015

8 AÑOS DESPUÉS POR LA RUTA DE ESTRELLA DE AGUA AL NEVADO DEL TOLIMA


DÍA 1:


Unos días antes de la Semana Santa del 2012, recibí una llamada de mi gran amigo Fernando Tamayo, Montañista de la ciudad de Armenia, el cual agobiado y estresado un poco por su trabajo, Ingeniero Residente, de una conocida constructora de la región, me propone ir al Nevado del Tolima por su Ruta preferida, Estrella de Agua, hacemos la lista del equipo necesario, para empezar de inmediato a conseguirlo, además definimos la del mercado, como me hacen faltan bastantes elementos, llamo a mi compañero de Vivak Montañismo y Escalada, Cristian Palacio de Quimbaya, para que me los facilite. Fernando invita a última hora a Julián, con el cual tiene una amistad de muchos años, además vamos en su automóvil, me recogen a las 6 de la mañana, nos desplazamos de forma rápida por la solitaria ciudad, llegando a Cocora, sin ninguna novedad, guardamos el Carro en el parqueadero del Restaurante que se halla cerca de la Puerta Metálica, nos dividimos en tres partes el mercado y la carpa que consiguió prestada Julián, ya que la de Fernando no estaba completa. Como es costumbre la foto antes de empezar, sonrientes y confiados, arrancamos, como voy con un Morral prestado, estos primeros metros lo siento cómodo, marchamos a un ritmo bueno, decido ir adelante, el camino en excelentes condiciones, seco, aunque es común que en esta época del año llueva y lo vuelva un lodazal. De esta manera llegamos a la entrada del Bosque, la verdad lo disfrutamos, el clima ideal, tomamos un pequeño receso, nos dirigimos hacia los cruces de los puentes sobre el Río Quindío.

 


Donde como es costumbre perdemos un poco el buen ritmo del Sector anterior, nos sigue sorprendiendo el buen estado de la Ruta, parece como si estuviéramos en Verano, llegada al último Puente, si se le puede llamar de esta manera, a un simple tronco, resbaloso y además peligroso, seguimos avanzando, vamos bien, empezamos a subir, llegando de esta forma a la Primera Entrada del Mirador, les propongo a mis dos Compañeros, seguir por el Desvió, que me parece más fácil que por el Camino Principal, este se encuentra un poco cerrado por la maleza, además solo un pequeño sitio es un poco complicado de superar, así llegamos nuevamente a la Ruta principal, donde nos detenemos a tomar agua, me confiesan que no les pareció para nada cómodo el Atajo, mientras estamos discutiendo ese punto, aparece por el Camino, mi Compañero de Vivak, Sebastián López, con un Cliente de Medellín, pueden visitar su sitio, http://elmontanero.blogspot.com/, donde consiguen muy buena información, sobre este apasionante Deporte, se detienen a conversar un poco, confirmándome también mi error en la elección del desvió, en conclusión se despiden, diciéndonos que nos encontramos más tarde en la Finca la Primavera, ahora vamos por el Sector de las Mirlas, donde nos rinde bastante, claro que acá empezó a fallar el morral de Julián y el Mío, ya que el sistema para graduar la altura se aflojaba, lo que nos obliga a cargar el peso con la espalda únicamente, algo que poco a poco empieza a desgastarnos, la verdad el calor nos golpea un poco, pero podemos llegar a Estrella de Agua, en un tiempo, relativamente bueno, para nuestra condición física, nos detenemos unos minutos, para continuar avanzando, noto que voy perdiendo Ritmo, la verdad me siento un poco cansado, para completar en este tramo en que casi siempre sufro, nos alcanza una Recua de Mulas cargadas con madera, las dejamos pasar, pero un poco más adelante, la última resbala y cae en medio del Camino, ni los gritos, ni los golpes del bruto del Arriero, logran surtir efecto en el ánimo del pobre animal, este personaje decide quitarle la carga, pero nada, por lo tanto, como no podemos pasar, nos tenemos que salir y meternos en ese Bosque bajo, pero intrincado que rodea este Sector por el que transitamos, aunque son unos pocos metros nos cuesta trabajo, al terminar le preguntamos al tipo, que va hacer con su Mula, a lo que nos contesta, que ella sola, cuando se recupere, se para y llega donde estén las otras, empiezo a sufrir de lo lindo, no puedo mantener el Ritmo, se me hace interminable, la paso mal, pero por fin aparece el Páramo, allí paramos a almorzar, Milanesas preparadas por Ada, mi Esposa, que delicia, nos hacía falta recargar energías después del gran esfuerzo físico. Antes de ponernos en marcha un apunte que nos hace reír, un buen rato, Pararse vale Plata, tomamos un buen ritmo, nos rinde un montón, el clima perfecto, cielo azul, visibilidad alta, de esta manera llegamos a la primera Señalización en el Valle de los Perdidos, donde paramos un segundo y notamos sorprendidos que desde allí vemos claramente, la otra Señalización donde termina este Sector, además el camino seco, ni un solo rastro del barro tan común en la zona, pasamos muy rápido, llegando a la Bifurcación, donde se empalma con el que viene por la Quebrada Cárdenas y la Laguna de la Virgen, ahora vamos por la Travesía final , fácil, nos rinde mucho, sentimos que lo logramos, aparece la casa de la Finca la Primavera, llegamos y nos ubicamos debajo de un gran plástico, muy cerca de la Casa, armamos nuestra Carpa, quedando sorprendidos por su tamaño y comodidad, algo que me deja atónito, es la gran cantidad de personas Acampando en este lugar, la verdad no recuerdo, en todas las veces que pasé, verlo así. Nos preparamos una buena comida, mientras estábamos en esto, el Perro del lugar, que no amarran, además es ladrón, nos saca la panela, de inmediato me dirijo al encargado, que no toma en serio mi reclamo, algo que termina de dañarme el genio, nos vamos a dormir, muy tarde, llega otro grupo de personas, muy ruidosos, no respetan, pero no podemos hacer nada, así termina este primer día.


DÍA 2:



Muy temprano nos levantamos, lo primero que noto, es que los que llegaron tarde y nos despertaron, eran unas personas de Quimbaya, entre ellos estaba Cristian, preparamos un buen desayuno, también empezamos a desarmar la carpa y organizar los morrales, viendo la difícil situación que tenían los Compañeros, con la estufa, ya que la olla que utilizan es grande, decidimos prestarle la nuestra, para poder preparar su comida, no la devuelven agradecidos, un detalle, para cobrar los de la Finca si son resueltos y efectivos. Ahora si partimos, descendemos de forma rápida a la Quebrada, esta baja con poca agua, no tenemos ningún problema en cruzarla, continuamos por la travesía, sencilla de caminar, pasada por la Finca de Aquilino, sin barro, algo raro, continuamos por los potreros, llegando a el Saladero, donde giramos a la derecha, consiguiéndolo en poco tiempo, en el cruce de la quebrada, me toca el turno de pasar, para esto utilizamos una roca, al saltar, siento una leve molestia en mi rodilla, pierdo ritmo de forma inmediata, vamos muy lento, en una de las muchas detenciones en esa pequeña pendiente, mis Compañeros deciden ayudarme con parte de mi carga, continuamos ahora en terreno un poco más plano, no siento casi molestia, pero no nos rinde como antes del incidente, llegamos a las dos últimas quebradas, tomamos agua y descansamos unos minutos, casualmente llega Oscar, un niño de la Finca la Primavera, que con un caballo lleva unos morrales para el Campamento de Altura llamado El Calvito, como también se detiene, decidimos de común acuerdo, ofrecerle dinero para que nos lleve los nuestros, regateamos un poco el precio, hasta que por fin logramos llegar a un acuerdo, le ayudamos a subirlos y amarrarlos, además le pagamos lo acordado,  nos despedimos, parte de forma ágil, este segmento de la Ruta no la conozco, nos desviamos a la derecha, la señalización es poca, pero existen varias sendas, además los Montañistas que nos preceden nos sirven de referencia, ya sin el Morral, la rodilla no sufre tanto, pero no vamos muy rápido, bien abajo, a nuestra izquierda aparece la Laguna del Encanto.





Seguimos avanzando, la subida es sencilla, en este primer Sector, vamos hacia la falda del Nevado.



Ya podemos ver el sitio escogido para acampar, notamos sorprendidos y extrañados, como el niño, se detiene y baja los Morrales del Caballo, faltándole unos metros, en la pendiente más fuerte pero corta que lo separa del Calvito. Llegamos cuando termina de subir todos los Morrales, nos deja sorprendidos su fortaleza, al preguntarle qué pasó, nos contesta que el Caballo está muy cansado, no puede cargar más arriba, decidimos acampar en este sitio, es la primera vez que paso una noche en este lugar, armamos la Carpa, asegurándola con todos los vientos disponibles, ya que por su tamaño, además del lugar, muy expuesto a las fuertes corrientes de aire que se producen en esta zona.




Sebastián me revisa la rodilla, me tomo un analgésico y para completar me pongo una rodillera que siempre llevo en mi botiquín, ahora nos dedicamos a conversar con las demás personas que se encuentran allí, un poco más tarde preparamos la comida y a dormir,  o eso creíamos, el clima cambia de forma radical, baja la temperatura, además el viento aumenta, casi no podemos dormir, pensando que la Carpa no va a resistir, hubo instantes en que me tocaba la cara, se nos hace eterna la noche.


DÍA 3:



Sentimos como a la madrugada, empiezan a partir las diferentes Cordadas, mientras tanto nosotros esperamos a que amanezca, para empezar a preparar lo que vamos a llevar, salimos por fin de la Carpa, el día totalmente despejado, que espectáculo tan increíble, empezamos a caminar, vamos a buen ritmo, la senda en muy buenas condiciones, de esta manera llegamos a los Arenales.





Desde este sitio podemos observar a varios Montañistas empezando a ascender por el Glaciar, a partir de este lugar Julián empieza a sentirse enfermo, con una fuerte diarrea, además se retrasa bastante, seguimos adelante, tratando en lo posible de seguir lo más recto posible, dejo atrás a mis Compañeros, así llego al último sector rocoso, que supero de forma ágil, para ver aparecer el Helipuerto, empiezo a disfrutar de una Panorámica espectacular, veo el Nevado Santa Isabel y el Nevado del Ruiz, con su Fumarola.









A los pocos minutos llega Fernando, empezamos a preocuparnos por nuestro Compañero, pero al fin aparece, está en regular condición, recorremos el lugar, nos tomamos fotos con esos increíbles Nevados de fondo, además aprovechamos para asomarnos a sitios por los que siempre pasábamos sin prestarles mayor atención, así podemos ver los restos de una avioneta, gracias al brillo de su fuselaje.






Nos sentamos en una roca para decidir que vamos a hacer, si esperar los Equipos que nos va a prestar Sebastián  e intentar la Cumbre o simplemente devolvernos para el Campamento. Nos preocupa el estado de salud de nuestro Compañero y también el tiempo, ya que el día avanza, pero lo más curioso, es que Él, nos insiste para que esperemos para hacer el intento, pero después de analizarlo mucho, vemos que la prioridad es nuestro Compañero, emprendemos el regreso, con un poco de nostalgia, por la oportunidad perdida, pero con la tranquilidad de haber actuado de manera correcta. Casi de forma inmediata podemos comprobar que fue acertada la decisión tomada, ya que bajando por los Arenales, que es un lugar tan sencillo de superar, nuestro Amigo se retrasa mucho, confirmándonos su estado de salud. Al terminar este Sector, nos encontramos con Cristian y sus amigos, que van a subir hasta el Glaciar, continuamos bajando  por el Páramo, donde rinde bastante, por la excelente condición de la senda, aunque para ser sinceros Julián nos retrasa un poco, al final llegamos al Calvito, empacamos nuestros Morrales, nos despedimos de las personas que todavía se encuentran allí, el clima empieza a cambiar, aparecen grandes cantidades de nubes y para colmo la niebla surge, casi de inmediato perdemos contacto con nuestro Compañero, nos detenemos a esperarlo, cuando estamos a punto de devolvernos a buscarlo, aparece por el camino, parece que se encuentra en regular estado, la falta de agua se convierte en un nuevo problema, veo cerca un pequeño charco, un poco retirado del camino, me dirijo para comprobar el estado del agua, no es apta para beber, no lo puedo creer, no tenemos suerte, todo este Tramo se vuelve desesperante por la sed, un recuerdo imborrable,  desde el momento que giramos y ya podíamos ver las dos Quebradas.




Nos obsesionamos por llegar, íbamos dando tumbos, parecíamos ebrios, por fin llegamos, tomamos agua como locos, parecía como si llegáramos de un desierto, que alivio, la pasamos bastante mal hasta la llegada a este lugar, comemos algo ligero y partimos nuevamente, vamos con mejor ánimo, pasamos por donde Aquilino, sin ninguna novedad, subimos con calma a la Finca la Primavera, donde nos detenemos para que nos vendan algo de comer, lo único que tienen es agua de panela con queso, lo cambiamos por parte de mercado, el clima empeora subiendo esas Rampas duras después de la Finca, en el momento justo que llegamos a la Señalización, empieza un fuerte aguacero, que casi no nos da tiempo de colocarnos los impermeables, además la niebla está muy espesa, pero decidimos seguir avanzando, aprovechando unas cintas de colores que marcan perfectamente el camino, sufrimos resbalones y caídas a granel, todo por la lluvia, pensar que cuando subimos estaba completamente seco, llegamos al final del Valle de los Perdidos, giramos a mano derecha, llueve a cantaros, pero no pensamos en parar, por fin escampa cerca de la entrada al Bosque, donde nos detenemos a quitarnos los impermeables y a descansar unos minutos, nos sorprende la hora, cuatro de la tarde, por lo tanto optamos por seguir hasta Estrella de Agua, que se encuentra a solo 2.5 kilómetros, volvemos a sufrir un montón en este trayecto tan corto, vamos disgregados, voy adelante, en medio viene Fernando y como todo este día, Julián cierra la fila, el tiempo avanza muy rápido, creo que va a oscurecer antes de poder llegar, viendo esto, me detengo y alisto mi Frontal, por fin aparece Estrella, que alivio tan grande, descargo el Morral, a los pocos minutos aparecen mis Compañeros, mientras empezamos a sacar la Carpa, se obscurece de forma  inmediata, prendemos las Frontales para terminar el armado, preparamos la comida, reposamos un momento, pero como estamos tan cansados nos vamos a dormir.


DÍA 4:


No levantamos, sentimos que el descanso no fue suficiente para recuperarnos del gran esfuerzo físico del día anterior, estamos muy adoloridos, empezamos a preparar el desayuno, Fernando y Julián sentados adentro de la Carpa.





El primero tratando de prender la Estufa, de pronto Julián nota que la llave está abierta, pero es tarde no alcanza a prevenir a Fernando, este aprieta el botón de encendido, sale una gran llamarada, la puede tirar afuera, no sé cómo no se quemaron mis Compañeros y menos la Carpa, como me cae cerca, le doy una patada para alejarla, de pronto estalla, que susto el que nos pega,  no lo podemos creer, además de la otra Carpa y de la Casa salen a ver qué fue lo que sucedió, buscamos por los alrededores los fragmentos, solo encontré parte de la hornilla con la famosa llave, que guardo como recuerdo.





De verdad queda muy poca cosa, pensar que nuestro Compañero la estaba estrenando, bueno pero es una buena anécdota para contarle a nuestras familias, menos mal que Julián llevaba otra para evitar cualquier eventualidad, con está terminamos de preparar el desayuno, empacamos y emprendemos el camino, este sector hasta las Mirlas, de vuelta, tiene sus partes duras de subir, la única ventaja, es que son bastante cortas, de todas maneras vamos despacio y tranquilos, eso sí mucho calor, pero hay agua en grandes cantidades a nuestra disposición, volvemos a detenernos en la entrada al Mirador, les hago una nueva proposición, la de utilizar nuevamente el Atajo que usamos subiendo, casi me pegan, pero la verdad era por molestarlos, vamos por el camino principal, con bajadas fuertes y resbalosas, que se supera de forma muy rápida, al llega al primer desvío, les pregunto qué opinan del Sector que acabamos de pasar, me dicen que creen que en sentido contrario debe ser duro de subir, a lo que les contesto que están en lo correcto, que aunque corto cuesta su buen esfuerzo superarlo. De este sitio al Rio Quindío, nada que reseñar, nueva parada en ese Puente, que la verdad no es sino un tronco peligroso, a tomar agua y comer algo, mientras estamos sentados en este lugar, vemos como dos personas se caen, menos mal sin consecuencias que lamentar, continuamos por el cruce de los demás  Puentes, lo único complicado es la gran cantidad de personas, lo que en ciertos cruces debamos esperar unos minutos mientras pasan y se toman fotos, salimos hasta el lugar donde llegan los turistas a caballo, que es un lodazal difícil de superar, de esta manera llegamos hasta la salida del Bosque, nueva detención a descansar unos pocos minutos, ahora entramos a la parte aburridora, el cruce del Valle, lleno de personas montando a caballo, que no respetan a los caminantes, dificultándonos poder avanzar con tranquilidad, pero bueno no podemos evitarlo, de esta manera aparece nuestro último obstáculo, esa pendiente de la Truchera, que la mayoría de las veces nos golpea, la superamos muy lentamente, hablando y riéndonos al recordar todas las vivencias, por fin  aparece la puerta metálica, ahora solo nos resta llegar hasta el parqueadero para dar por concluida esta aventura.


FIN.


lunes, 9 de febrero de 2015

NEVADO DEL TOLIMA- LA CUMBRE TAN ESPERADA

RUTA NORMAL SUR

DÍA 1:

Son las 5:00 a.m., estamos esperando el jeep, que nos va a llevar hasta la Finca el Silencio, ayer por la tarde viaje en mi moto desde Armenia, el clima bastante inestable pero por lo menos no llovió en el Alto de la Línea, hasta tuve cielo azul y totalmente despejado, pase una noche agitada, me imagino que los nervios influyeron en la desvelada,pero es que todavía no lo puedo creer, estar acá sentado frente al Hospital de Ibagué, con todo el equipo necesario para intentar por fin llegar a esa cumbre tan anhelada, la del Nevado del Tolima.
Pero esta historia tiene un comienzo bastante curioso, en un día de ocio, navegando sin rumbo fijo, por pura curiosidad decido mirar en Wikipedia la información referente al Nevado, la verdad es poca y quede un poco desilusionado, pero al final tiene algunos enlaces, uno de los cuales llama mi atención, http://www.rutadirecta.info/  prometedor, al entrar es como el paraíso para todo neófito y amante del montañismo, no lo podía creer, tanta información, fotos, rutas en fin algo de locos. Empiezo por enviar una felicitación a esta buena persona,  por raro que parezca me contesta, que es algo extraño, quedo desorientado, de pronto recuerdo que puedo devolver en algo su generosidad o tal vez aportarle una pequeña alegría, en la biblioteca que herede de mi Abuelo materno, existen unas revistas de los años 30, llamadas Pan, en una de ellas se encontraba un artículo muy completo con fotos y mapas, de un ascenso a la Sierra Nevada del Cocuy, por el pionero del montañismo en nuestro país E. Krauss. Le escribo por su Blog, la necesidad de su correo electrónico ya  que le tengo una sorpresa, en fin le cuento todo y le regalo la revista. Su respuesta me deja aún más sorprendido y perplejo, en agradecimiento me invita al Nevado, ya que precisamente en los próximos días un cliente de España lo contrató para nuevamente intentar la cumbre por la Ruta Sur. La verdad no lo podía creer, me parecía algo irreal, además de que no tener el equipo, ni la preparación física adecuada, su respuesta no tardó en llegar, lo único que debía preocuparme era estar en Ibagué el 27 de diciembre.
Volvamos a nuestra reseña, la espera se hace un poco larga y desesperante, ya que el carro no cumple con la hora acordada de recogida, bueno pero por fin aparece, que alivio, subimos los morrales y arrancamos, recorremos la desierta ciudad, me sorprende un barrio antiguo muy bonito por el centro, bajamos en dirección al Rio Combeima, todo el trayecto en esta primera parte va bordeándolo, tiene una cierta semejanza con el valle del Rio Quindío, desde Salento hacia el Valle de Cocora, cruzamos por varios barrios y pequeños caseríos, en el último de ellos Juntas nos detenemos a tomar un café, hasta este lugar es pavimentada la vía, de allí en adelante es destapada , pero en buen estado, rinde bastante, pasamos por la cabaña de Parques Nacionales, donde como cosa normal, no hay ningún funcionario, los paisajes son increíbles, sobre todo esas maravillosas e impresionantes paredes de roca del cañón del Río, llegamos al final, allí a mano derecha, se encuentra la Casa, nos acercamosa hablar con los encargados para que nos vendan tres desayunos, los cuales son preparados de forma ágil y rápida, ahora ya estamos listos, antes de salir nos tomamos una foto junto a la Valla, todavía con el ánimo en alto.


Esta primera parte es fácil de superar, se cruzan pequeños arroyos, en el camino nos adelantamos a varios turistas que van para los Termales, me parece extraño verlos sin calzado adecuado, sin agua , no prevén nada y la distancia no es tan corta.
Al poco tiempo encontramos un fuerte descenso, que finalmente nos conduce hasta la orilla del Río, este se debe cruzar por unos puentes artesanales hechos en madera, que a veces están en regular estado, también cambia su ubicación dependiendo del invierno, recuerdo un sector en que literalmente recorrimos el lecho, creo que alcance a pensar en lo peligroso de estar en ese lugar si empezara una creciente súbita, pero es un tramo corto, ya salimos a la otra orilla, avanzamos por unos potreros de poca pendiente al final de ellos podemos observar las instalaciones delos Termales el Rancho, debemos desviarnos al pasar la puerta a mano derecha, cruzando cerca de las piscinas, en escasos minutos entramos al Bosque por una senda un poco estrecha, al poco tiempo, veo un sitio que me llama la atención, el camino es cortado literalmente por una roca, este tramo se supera por unos pequeños peldaños, además utilizando las manos para asegurarnos. El camino está en regular estado, me imagino que es por el fuerte invierno, aparece al frente nuestro un sector de bastante inclinación conocido como Raíces, duro de superar acá toca utilizar las manos tomando las ramas, lianas en fin todo lo que está a nuestro alcance, de repente Henry nos señala un pequeño sitio al lado del camino, a mano izquierda, es un descuidado Mirador, donde observo sorprendido, la altura ganada en este corto lapso de tiempo. De este sitio en adelante es un poco más fácil de transitar el Camino, de todas formas en ciertos sectores la misma naturaleza nos obliga casi a gatear para superar algunos tramos, además los morrales se enredan y atascan.



Empezamos a escuchar un sonido sordo dentro de esta montaña que recorremos, un poco más adelante desde una curva puedo apreciar el tamaño de La Cascada, a donde llegamos en corto tiempo, allí tomamos un pequeño descanso. Continuamos avanzando, hasta el momento puedo mantener un ritmo aceptable, aunque para ser sinceros no me siento del todo bien, de pronto aparece frente a mí el sitio conocido como Lajas, las proporciones del lugar me dejan confundido, me parece un poco intimidante, además de opresivo, lo que deseaba era superarlo lo más rápido posible, voy atrás, pongo mucha atención en donde pisan mis dos Compañeros, pero de pronto mi pie derecho resbala, el instinto me impulsa a arrojarme al suelo, para evitar caer al abismo, mis Compañeros al notarlo me preguntan si estoy bien, a lo que contesto que sí, que no pasó nada, faltaba muy poco para terminar de cruzar, esta parte del camino está señalizado con cintas para ayudar en el transito del lugar. Ahora voy sufriendo de verdad la dureza del camino, trato de concentrarme para mantener elritmo, cosa que me es casi imposible, en este estado arribamos a Tierra de Gigantes, un lugar especial, donde a pesar de mi estado de ánimo, pude recuperarme un poco. Al pasar este sector aumentan las pendientes, cada vez más y más fuertes, al mismo tiempo mi sufrimiento crece en forma desmedida, me empiezo a retrasar, esto hace mella en la parte mental, ya que el poder ver y escuchar a tus Compañeros sirve como motivación para continuar avanzando, pero en fin continuo, en una de las varias ocasiones en que les pude dar alcance, obviamente  cuando se detenían a descansar y esperarme, apenas salí de una curva, lo primero que me preguntaron era si me sentía bien, ya que la cara me cambiaba constantemente de colores, me reí de buena gana del chiste, admitiendo que estaba agotado, pero que un pequeño descanso me caería bien. De esta última detención hasta la entrada al Páramo, la verdad no recuerdo si no el sufrimiento tan espantoso por el que estaba pasando, cuando por fin me señalaron lo cerca que estábamos, me pareció como un sueño hecho realidad, volví a ver el cielo azul y plenamente despejado, que cambio, por fin salimos del bosque, a pocos metros se encuentra el desvió a mano derecha, en esa época no tenía señalización, una referencia es una gran Roca en el Camino, la distancia es corta, por fin aparecen las Cuevas, puedo quitarme el morral y descansar. Alistamos el terreno, armamos la carpa, organizamos el lugar, nos preparamos una excelente comida y por fin a reposar. Aprovechando la hermosa tarde que nos regala el Páramo, nos movemos hasta el Camino para desde allí observar en todo su esplendor el Nevado, además aprovechamos para tomar unas buenas fotos. Regresamos a nuestro Campamento nos alistarnos para dormir.



DÍA 2:

La verdad nunca me había acostado a las 6:00 p.m. pero para el intento de Cima era necesario descansar, sobre todo después del día anterior, en el que el Camino me golpeo con toda su dureza, dejándome en un estado lamentable, ahora me daba cuenta en carne propia de las grandes dificultades que implica esta Ruta. La noche se me hizo eterna, cada momento me despertaba sobresaltado pensando que la hora propuesta para salir ya se había pasado. Henry desde la media noche se asomaba para revisar y analizar el estado del tiempo, por fin dio la orden de empezar a prepararnos, aliste mis equipos, mientras comía cualquier cosa, como termine de primero me pidieron el favor de que les llenara sus botellas con agua, vuelvoal campamento y se las entrego, de inmediato noto extrañado que Henry está empacando un Sleeping, la Sobre Carpa y la Estufa, confundido le pregunto para que lleva estos elementos, su respuesta es que de pronto son necesarios, la verdad no pregunte nada más, al final del día me revelarían toda la verdad. Seguíamos un poco indecisos si salir o esperar un poco, a ver si el clima mejoraba, pero al final se tomó la decisión de salir a las 3:00 a.m. Esperanzados en el cambio de las condiciones climáticas. Retornamos al cruce utilizado la tarde anterior, empezando a subir por el Páramo, a esta hora totalmente cubierto de una espesa capa de Niebla, el Camino como está bien marcado es fácil de seguir, además el ritmo no es tan fuerte, así llegamos hasta el Campamento 4.000, último lugar donde es posible conseguir agua, la verdad esta solo se puede recoger de los pequeños y casi secos arroyuelos que bajan del Nevado. Seguimos avanzando, el Camino empieza a cambiar pues estamos en la transición del Páramo y las Morrenas, después de un pequeño lapso de  tiempo, observamos dos pequeñas luces que descienden rápidamente de la montaña, decidimos sentarnos a esperarlos, para conocer el estado del clima a mayor altura. En pocos minutos aparecen en el lugar, nos explican que habían salido del Campamento 4.000 a media noche, con un clima muy inestable, pero así resolvieron continuar, nos confirmaron que las condiciones estaban bastante malas, baja visibilidad, por tal motivo regresaban a su Campamento, además nos comunicaron su intención de moverse a Latas e intentar atacar la Cumbre la noche siguiente, se despidieron, quedamos un poco más desconcertados, pero concluimos que podíamos seguir, a ver que sucedía con el clima, si no mejoraba pues retornaríamos a la Cueva, el camino empieza a desaparecer, ahora todo depende de Henry y su sentido de navegación, avanzamos y por increíble que parezca el clima empieza a mejorar, de un momento a otro, el cielo se despeja de nubes, apareciendo un maravilloso espectáculo de miles y miles de estrellas, es sobrecogedor y me deja sin palabras, pero a cambio de este alivio tan radical empieza a aumentar el viento, al principio suave pero poco a poco se torna más fuerte y molesto. Nos acercamos al Espolón Rocoso, sitio escogido para ascender, comienza a amanecer, es un momento inolvidable, podemos observar en todo su esplendor al Nevado del Tolima, estamos además sobre las nubes, allá en el fondo por el oriente, empieza a emerger el Sol, lo recibimos con alivio y nos motiva a continuar. Tengo un recuerdo de este sector, el casco lo tengo con la cinta del morral, en un descanso al abrirlo y con el viento, sale disparado unos 10 metros hacia abajo, me pongo en pie para recogerlo antes de que desaparezca, se me hizo largo pero logré recuperarlo. Estamos en la base del Espolón, pero llegamos un poco a la derecha, tratamos inútilmente de buscar algún lugar para escalar, pero no es posible encontrar un sitio factible, no tenemos más remedio que bajar unos metros hasta encontrar la forma de subir. Al estar  parados ya sobre el Espolón Rocoso, notamos sorprendidos la gran cantidad de Nieve que ha caído la noche anterior, al llegar a la primera de estas acumulaciones nos colocamos los Crampones para aumentar la seguridad, desde este instante empieza a aumentar la inclinación, empezamos a turnarnos en abrir huella, que es un poco desgastante, así continuamos avanzando, al lograr superar cada una de estas pendientes,  que me representan un alivio, este se desvanece de inmediato al aparecer la siguiente rampa. 


También pasamos sectores rocosos que acaban de desgastarme, aunque son fáciles de escalar. Saliendo de este sector, Daniel que va un poco más adelante, se le atasca una pierna en un hoyo, constándole bastante trabajo liberarse. En un momento dado miro hacia atrás, una aparición irreal, veo a otro Montañista, que acaba de alcanzar a Henry, a los pocos minutos nos reunimos los cuatro, nos presentaron a Truman, una leyenda del Montañismo Tolimense, este venía desde el Rancho, para hacer Cumbre y regresar en el mismo día. En este momento ya nos encontrábamos en el Glaciar, por desgracia el clima no ayuda mucho, continua la baja visibilidad, gran cantidad de nubes me impiden apreciar todo el panorama. Desde este punto en adelante comenzó a golpearme el cansancio, íbamos en el siguiente orden, adelante abriendo huella y a un ritmo increíble Truman, después Daniel, a continuación venía Yo, un poco más atrás Henry. Este último decidió dejar su morral en el sitio donde nos desviaríamos al regreso ya que no íbamos a utilizar la Ruta empleada hasta ahora. Continúe avanzando solo, ya que perdí de vista a mis dos Compañeros de adelante, a mi derecha después de un tiempo, apareció de repente el Cráter, es impresionante , de vez en cuando  me llegaban los olores emanados por su fumarola.


Ahora si empezó mi tortura, me costaba mucho trabajo mantener el ritmo, me empecé a desesperar, decidí entonces concentrarme y utilizar una técnica, la cual consiste en caminar un determinado número de pasos, parar un momento, tomar aire y volver a empezar, el número que escogí fue el quince, pero no lo contaba como un paso individual, sino doble, así logré avanzar un poco mejor. En algún momento en el cual me detuve, llegue a pensar que no lo lograría, que la pendiente y el cansancio me iban a vencer, estaba extenuado, de pronto sentí la voz de Henry que me animaba a continuar, yo de inmediato le conteste que estaba muy extenuado, que no podía seguir, entonces me señaló hacia adelante, diciéndome que como me iba a rendir, si ya me faltaba tan poco, en ese instante pude observar claramente a mis dos Compañeros parados esperándome, seguí caminando con toda la fuerza de voluntad posible, rápidamente deje atrás esta última pendiente y a las 12:30 p.m. llegaba a la Cumbre de mi querido Nevado del Tolima, en esos pasos finales me embargó una felicidad y una emoción indescriptible, lloré al recordar a mi Madre, a mi esposa Ada, A mi Abuela. A las que dedique esta maravillosa y hermosa Cumbre.


Por fin cumplía mi sueño, lo esperaba desde el año 1.998, cuando conocí por primera vez este majestuoso Nevado. Todos estos años, en los que así fuera una vez, tratando de subir hasta el Glaciar y desde ese sitio observar la cumbre y soñar.Nos felicitamos, tomamos las fotos de rigor, Truman para celebrar este momento memorable, nos invitó a maní con uvas pasas, que delicia comerlas en este mágico lugar. Recordé agradecer a la montaña por permitirme llegar hasta allí, además le pedí poder regresar a casa, la verdad el tiempo se detiene allá arriba, pero debemos emprender el regreso, buscamos el lugar donde está el morral, para desviarnos a la derecha, justo frente a Cerro Negro, vamos buscando una de las varias Canaletas para poder descender.


Debido a la hora y la gran cantidad de nieve acumulada, además de lo blanda que se encuentra, nos enfrentamos a un último obstáculo una pendiente corta que nos obliga a bajar con el Piolet, para evitar una caída. Ahora en la Canaleta podemos observar las impresionantes paredes de hielo del Glaciar Dulima,nos falta un corto tramo de nieve por cruzar, al otro lado nos detenemos a quitarnos los Crampones y el resto del Equipo utilizado hasta el momento. En este lugar Truman se despide y lo vemos alejarse de forma rápida y segura. Vamos por los arenales a partir de este sitio volvemos a observar el Páramo, desde la zona por donde vamos podemos también ver el Campamento Latas, claro que antes se atraviesa un lecho seco, allí cerca están las Placas en homenaje a los Montañistas fallecidos, un sitio bastante impactante y sobrecogedor, en este punto, por fin retomamos el Camino utilizado en la noche, cansado pero feliz, nos detenemos a descansar en una roca, en este lugar me fue revelada toda la verdad sobre los equipos que llevaba Henry, me confeso abiertamente las pocas o nulas posibilidades de que yo llegara a la Cumbre, después de mi mal desempeño del primer día, previniendo, tomo la decisión de que en caso de volver a estar en malas condiciones, armar un Refugio, donde poder dejarme descansar y los esperara, mientras ellos hacían el intento. De verdad aprecié el gesto de los dos, pues se notaba su preocupación por mi seguridad, pero lo que más agradecí fue el no decirme en el campamento todo esto, ya que de lo contrario habría sido contraproducente y mentalmente me hubiese derrumbado.
También me preguntaron si después de esta experiencia tan dura, pensaba algún día repetirla, conteste sin pensarlo dos veces que sí, que ojala pudiera conocer más montañas y compartir más experiencias. De este punto en adelante, por el Páramo, ahora si el cansancio y el hambre me estaban doblegando, me retrasé un poco, perdí de vista a mis Compañeros, pero me encontraba muy cerca de la Cueva, al fin el cruce a la izquierda, unos pocos pasos más y a descansar, nos cambiamos de ropa, preparar la comida en abundancia, la cual me acabó de levantar el ánimo, se terminaba el segundo día y el objetivo se cumplió.

DÍA  3:

El descanso de la noche, me ayuda a empezar este nuevo día con mucha mejor moral, preparamos un buen desayuno, con mucha calma, la verdad no tenemos ningún afán, después comenzamos a desmontar y empacar todo el Campamento, nos vamos pero en el fondo de mi alma, guardaré por siempre el recuerdo de este lugar. Volvemos a nuestra Ruta, al retomar el camino observamos la gran cantidad de lluvia que ha caído en este mes, todo me hacía pensar que bajando sería más fácil, pero que equivocado estaba, solo al dar estos primeros pasos noto sorprendido lo rápido que vuelve el dolor a mis adoloridos músculos, es algo tremendo, por que empiezo a sufrir de lo lindo, trato de concentrarme, de buscar tomar un ritmo parejo, pero nada, cada bajada por esas rocas resbalosas, agarrándome de todo lo que está cerca de mis manos, cada paso es una nueva tortura, este cansancio acumulado de los dos días anteriores está pasándome factura, lo más curioso de todo esto, es que prefiero los pequeños sectores de ascenso en el camino, donde para mi total sorpresa pueden descansar mis maltratados músculos, el paso por Tierra de Gigantes fue tal vez el que me desespero más, por los movimientos cerca a la quebrada, en esos pasos resbalosos.


En el transito hasta Lajas como cosa rara no recuerdo nada, pero al llegar a este último lugar, me detengo unos segundos en el sitio exacto donde sufrí la caída, me deja sin aliento la profundidad de este zona, allí nos cruzamos con un Caminante, que como otros piensan que llevar a sus perros a la Montaña es algo maravilloso, que equivocados están.


Nueva detención en la Cascada, la verdad que subiendo no me fije mucho en ella por lo regular que me encontraba, pero ahora que voy un poco más tranquilo, puedo apreciar su tamaño, aunque según nos cuenta Henry no es aconsejable demorarse por el peligro de un derrumbe, así continuo con este descenso, no sé en qué momento estaba otra vez parado en el pequeño y descuidado Mirador, observando con unas ganas horribles de llegar a los Termales, que muy pequeños se ven desde allí. Como cosa rara en toda esta aventura voy atrás, rezagado, muy lento, pero solo me resta un último tramo de Bosque, al final llego donde mis Compañeros que me esperan en un prado cerca a la entrada de los Termales, nos tomamos un pequeño descanso en este lugar, ahora vamos bajando por esos potreros fáciles de recorrer, de esta manera llegamos al Río que cruzamos sin ninguna novedad, tal vez un detalle que me faltaba recordar era una última pendiente, la cual subí lentamente, ahora estoy en el tramo final, puedo observar la Casa del Silencio, que felicidad,  ahora sí puedo decir que cumplí con mi sueño. Gracias a Henry y Daniel por todo su apoyo y comprensión.


FIN.