DÍA 1:
Salimos de madrugada desde
Quimbaya, para cortar un poco de Camino nos cruzamos por la vía que de
Montenegro va hacia Circasia, que en
aquella época no era tan buena, además de angosta. Gracias a uno de los
participantes vamos en carro particular, una novedad para nosotros
acostumbrados a los Jeep, pronto llegamos a Salento donde nos detenemos unos
minutos a completar las provisiones, además aprovechamos para tomarnos un café.
Como de todas formas vamos en un campero el último trayecto hasta Cocora, por
cierto destapado y en regular estado, donde nos rinde bastante, para llegar a
las 6:30 a.m., al último Parqueadero. Ahora solo nos resta revisar Morrales y
empezar la Ruta. Esta primera parte va por el valle del Río Quindío, nos va
bien, como un comentario al no tener Equipos especializados, notamos casi de
forma inmediata que nos va a costar trabajo la jornada del día, para ser
sinceros vamos un poco incómodos, para completar entre los tres Hombres nos tenemos
que repartir la parte del mercado que les corresponde a las Mujeres, ya que no
tienen la fuerza suficiente para cargar, así vamos sin ninguna novedad, tal vez
nos molesta un poco el sector del sendero donde abundan las rocas, de resto el Camino seco bastante raro para esta época
del año, Septiembre, nos detenemos a tomar un pequeño descanso en la entrada al
Bosque en una gran roca, al entrar en este Sector noto que vamos perdiendo el
ritmo inicial, claro que es bastante común por los cruces de Puentes angostos e
incomodos de atravesar, además somos cinco personas, nuestro compañero Luis E,
es el encargado de estar adelante, por la falta de experiencia de los otros
tres compañeros decidimos que voy cerrando la línea, de esta forma llegamos a
la primera desviación para entrar al Mirador, donde para sorpresa de todos una
de las niñas sufre una crisis por cansancio, pensar que estábamos en la parte
fácil de la Ruta, se le ayuda con su pequeño morral, para poder seguir, era un
aviso de lo que nos esperaba, el ir atrás es duro, porque me tocó empezar a
motivar para que avanzáramos, esto es desgastante ya que mentalmente se torna
pesado el ambiente del Grupo, el tiempo corre mucho y sin darnos cuenta es hora
de almorzar, buscamos un sitio adecuado, donde sin afán comemos, el tramo entre
el Mirador y Estrella de Agua, lo superamos con lentitud, además otro compañero
empieza a sentirse mal, con una fuerte dolor de estomago, que lo obliga a varias paradas, del cruce de las Mirlas en
adelante, en este sector de travesía nos golpea fuerte, no podemos mantener un
ritmo aceptable y para completar empieza a caer una leve llovizna muy incómoda
que nos obliga a colocarnos los impermeables, cuando por fin nos detenemos unos
minutos en Estrella de Agua, lugar que pertenece a la Corporación Autónoma del
Quindío, me sorprende lo tarde que es 3:00 p.m. Ahora nos enfrentamos a la
última parte, los 2.5 k.m. que nos faltan que son la parte más difícil y dura
que nos falta superar, vamos muy lento, sufrimos el rigor de este áspero tramo,
se me hacen interminables, recuerdo los sectores de troncos húmedos y resbalosos, incómodos de pasar, cuando por fin aparece el lugar escogido para armar el Campamento, en el preciso momento en que descargamos los morrales, se oscurece, nos ayudamos con nuestras
linternas, para poder terminar esta tarea, así conseguimos armar las carpas,
mientras tanto las Mujeres se ocupaban de cocinar, para colmo de males empezó a
llover, nos refugiamos a comer, algo que nunca voy a olvidar, Espaguetis duros
y solos, con Agua de Panela hirviendo, que
combinación, pero el aguacero no dejo hacer nada más, después de esta cena tan
nutritiva, pero para ser sinceros no dejé nada, solo me restaba cambiarme la
ropa húmeda para poder acostarme a dormir, mi Carpa quedó casi en el camino,
pero para decir verdad pase una excelente noche. Estaba tan cansado que me
dormí de inmediato.
DÍA 2:
Nos levantamos muy temprano,
el clima está mejor, preparamos el desayuno, empacamos y organizamos los
morrales, continuamos caminando, en el Páramo nos rinde un poco más, vuelve la
moral, de esta manera llegamos al Valle de los Perdidos, seguimos contando con
suerte ya que no hay neblina en este paso, lo único a resaltar de este Tramo es
la gran cantidad de agua y por consiguiente barro, acá perdimos el casi buen
ritmo que estábamos teniendo, nos cuesta trabajo superarlo, pero cuando
llegamos al final, exactamente donde el camino por el que vamos se une al que
viene de la Quebrada Cárdenas y la Laguna de la Virgen, respiramos aliviados
por haber dejado atrás este sector de la Ruta. Nos enfrentamos a una parte de
travesía, fácil de superar, volvemos a encontrarnos mejor, al terminar nos hallamos
con ese buen descenso que nos llevará a la Finca la Primavera, no nos detenemos
en esta finca, para tratar de avanzar y aprovechar el estado de ánimo tan bueno
por el que estamos pasando.
El recorrido hasta la Finca
de Aquilino, no nos cuesta ningún trabajo, tal vez el paso de la Quebrada que
se encuentra después de la Primavera, por que bajaba más agua de lo habitual y
como no tiene puente nos tocó mojarnos un poco al cruzarla, de esta manera
vamos transitando por esos potreros que a veces se hacen largos, llegamos al
Saladero, donde debemos girar para buscar el camino, subimos esa corta
pendiente, al final de la cual volvemos a terreno fácil de superar, así de este
modo localizamos las dos Quebradas, donde paramos a descansar, además
aprovechamos para tomar agua. Ya estamos cerca de la Laguna del Encanto, solo
resta superar esa última Rampa, al coronar podemos ver en todo su esplendor el
Nevado del Tolima y el Paramillo del Quindío, que se despejan a un mismo
tiempo, algo que no es tan común, bajamos rodeando la Laguna, desviándonos en
lo posible para no pisar los cojines, cosa que no hacen muchas personas que
transitan por este lugar. Ahora solo nos resta pasar el cerco y desviarnos a la
izquierda, saliéndonos del camino, buscando la mejor forma de subir a las
Cuevas de López, el sitio escogido como nuestro Campamento, que en el momento
de nuestro arribo se encontraba solo. Ahora a armar las Carpas y prepararnos
una buena comida merecida después de la dura jornada, el resto del día lo
dedicamos a descansar y relajarnos observando el paisaje.
DÍA 3:
Nos levantamos no tan
temprano, preparamos el desayuno, los demás miembros empacamos lo necesario
para todo el día, salimos cruzando por el Valle, para así recortar el trayecto,
como punto de referencia utilizamos el sitio de Campamento de altura llamado el
Calvito, empezando a subir después de cruzar la Quebrada, la Novia de Luis E,
se empezó a sentir mal, por lo tanto opto por regresar a la Cueva. Continuamos
en una especie de campo traviesa, ya que el Sendero existente por su poco uso
desaparece en varios lugares, vemos unas pequeñas Lagunetas que acaban de
adornar el lugar por el que transitamos, llegamos un poco desviados y nos tocó
subir una pendiente corta para por fin salir al Calvito, donde descansamos un
momento, ahora vamos por un camino mucho más usado ya que viene desde la Laguna
del Encanto y para decir fácil de superar, de este modo llegamos a la Roca
donde empiezan los Arenales.
Allí volvimos a detenernos a tomar agua y descansar, empezamos a ascender tratando en lo posible de no hacer demasiado zigzag, ya que el hacerlo implica cansarse mucho más, vamos a un ritmo lento, pero por lo menos avanzamos, poco a poco nos acercamos a ese Sector que a veces produce un poco de desconcierto, las rocas que se atraviesan y cortan el camino, pero esta extraña sensación desaparece al recorrer los primeros metros, donde notamos como se supera de forma muy fácil este tramo. Al terminar nos encontramos con el sitio conocido como el Helipuerto.
El único lugar plano de esta vertiente, cruzamos pero a mitad de camino Carolina, nos comunica que no va a continuar ya que se siente un poco mal, la dejamos sentada en una piedra, continuamos de frente hasta llegar a una Pared de Roca, donde giramos a la derecha, buscando una gran Escalera natural, subimos por ella, tomando las debidas precauciones, ya que en varios tramos se acumula nieve convirtiendo el lugar en un sitio un poco peligroso, terminamos, ahora giramos a la izquierda, desde este lugar empiezan a aparecer unos Mojones, que para decir verdad lo único que hacen es confundirnos cuando la visibilidad es baja, tratamos de mantener el Rumbo, escalamos ciertos sectores, fáciles de superar, al poco tiempo aparece el Glaciar en todo su esplendor.
Recorremos un tramo por el borde aprovechando una ventana de buen clima, de pronto, sin saber bien de donde salió, un majestuoso Cóndor, empieza a sobrevolarnos, me sorprende el tamaño de su envergadura, además el viento produce un zumbido increíble en sus alas, Caro desde abajo también puede observarlo, este espectáculo de la naturaleza dura unos diez minutos, al cabo de los cuales así como llegó, desaparece dejándonos una sensación de alegría indescriptible. De esta forma emprendemos el regreso, buscando la forma más rápida de encontrar la Escalera usada por la mañana, nos cuesta un poco de trabajo, pero al final lo conseguimos, ahora debemos extremar las medidas de seguridad, ya que bajando es donde suceden los accidentes, al llegar al Helipuerto nos reunimos con Caro, que todavía está emocionada por el encuentro que tuvimos. Recorremos un poco el lugar, para aprovechar y disfrutar el panorama. Así iniciamos el regreso, disfrutamos bajar por los Arenales, al final retomamos el Camino por el Páramo, donde nos rinde mucho, en el Calvito, observamos y notamos que nos habíamos equivocado en la mañana, ya que desde ese lugar, vemos un Camino que baja en dirección a la Cueva, cruzamos para cortarlo un poco más adelante, por este logramos llegar en menos tiempo hasta el Valle y de este sitio nos toma unos minutos lograr alcanzar la Cueva, ahora una buena comida, después a conocer y recorrer los alrededores, también nos distraemos un poco tratando de pescar unas esquivas Truchas para completar el menú, algo que solo quedo en el intento, pero nos sirvió para estar al tanto de los alrededores de las Cuevas.
Allí volvimos a detenernos a tomar agua y descansar, empezamos a ascender tratando en lo posible de no hacer demasiado zigzag, ya que el hacerlo implica cansarse mucho más, vamos a un ritmo lento, pero por lo menos avanzamos, poco a poco nos acercamos a ese Sector que a veces produce un poco de desconcierto, las rocas que se atraviesan y cortan el camino, pero esta extraña sensación desaparece al recorrer los primeros metros, donde notamos como se supera de forma muy fácil este tramo. Al terminar nos encontramos con el sitio conocido como el Helipuerto.
El único lugar plano de esta vertiente, cruzamos pero a mitad de camino Carolina, nos comunica que no va a continuar ya que se siente un poco mal, la dejamos sentada en una piedra, continuamos de frente hasta llegar a una Pared de Roca, donde giramos a la derecha, buscando una gran Escalera natural, subimos por ella, tomando las debidas precauciones, ya que en varios tramos se acumula nieve convirtiendo el lugar en un sitio un poco peligroso, terminamos, ahora giramos a la izquierda, desde este lugar empiezan a aparecer unos Mojones, que para decir verdad lo único que hacen es confundirnos cuando la visibilidad es baja, tratamos de mantener el Rumbo, escalamos ciertos sectores, fáciles de superar, al poco tiempo aparece el Glaciar en todo su esplendor.
Recorremos un tramo por el borde aprovechando una ventana de buen clima, de pronto, sin saber bien de donde salió, un majestuoso Cóndor, empieza a sobrevolarnos, me sorprende el tamaño de su envergadura, además el viento produce un zumbido increíble en sus alas, Caro desde abajo también puede observarlo, este espectáculo de la naturaleza dura unos diez minutos, al cabo de los cuales así como llegó, desaparece dejándonos una sensación de alegría indescriptible. De esta forma emprendemos el regreso, buscando la forma más rápida de encontrar la Escalera usada por la mañana, nos cuesta un poco de trabajo, pero al final lo conseguimos, ahora debemos extremar las medidas de seguridad, ya que bajando es donde suceden los accidentes, al llegar al Helipuerto nos reunimos con Caro, que todavía está emocionada por el encuentro que tuvimos. Recorremos un poco el lugar, para aprovechar y disfrutar el panorama. Así iniciamos el regreso, disfrutamos bajar por los Arenales, al final retomamos el Camino por el Páramo, donde nos rinde mucho, en el Calvito, observamos y notamos que nos habíamos equivocado en la mañana, ya que desde ese lugar, vemos un Camino que baja en dirección a la Cueva, cruzamos para cortarlo un poco más adelante, por este logramos llegar en menos tiempo hasta el Valle y de este sitio nos toma unos minutos lograr alcanzar la Cueva, ahora una buena comida, después a conocer y recorrer los alrededores, también nos distraemos un poco tratando de pescar unas esquivas Truchas para completar el menú, algo que solo quedo en el intento, pero nos sirvió para estar al tanto de los alrededores de las Cuevas.
DÍA 4:
Empieza nuestro último día,
preparamos un desayuno bien reforzado, ya que la idea de todos es llegar hasta
Cocora, sabemos que va a ser algo duro, pero creemos que lo podemos conseguir. Empacamos
y alistamos nuestros morrales, además recogemos la Basura nuestra y la que los
desadaptados abandonan, sin pensar, ni medir el daño tan grande que esto causa
en este entorno tan frágil. Recogemos agua en la Quebrada, emprendemos la Ruta,
notamos que al bajar el peso, pues vamos un poco mejor, esta primera sección
hasta la Laguna, sin novedad, el clima se encuentra bien, aunque notamos gran
cantidad de nubes y neblina, dejamos atrás estas primeras y pequeñas pendientes,
empezamos a bajar por el Valle, buscando nuestro próximo objetivo las dos Quebradas,
sitio obligado de descanso y poder disfrutar de sus refrescantes aguas, en este
lugar tomamos la decisión de cambiar de Camino, ya que alguien nos comentó de
un pequeño Atajo que desde este sitio uno alcanza a observar, la verdad no es
un Camino como tal, sino una gran cantidad de Sendas dejadas por el ganando de
una Finca cercana, únicamente al final se nota una pequeña travesía, llegando a
un cruce de una pequeña Quebrada, donde por unas piedras se puede atravesar de
forma fácil, entramos a un tramo sencillo, donde lo único a resaltar son unos
arbustos de bajo tamaño, que en algunos lugares enredan los morrales, salimos
al Saladero, quedando sorprendidos por lo rápido que llegamos a él. Ahora estos
potreros en los cuales rinde bastante, pasamos por donde Aquilino, sin ningún
contratiempo, el sector siguiente, esa pendiente que a veces, si no se usa la trayectoria
correcta, al final queda solo la opción de subir derecho, costando más trabajo,
de aquí a la Primavera, nada que comentar, solo que como es costumbre la parte
final para llegar a la Casa nos pega un poco duro, llegando un poco separados,
en este sitio tomamos un descanso corto, porque nos enfrentamos a esas Rampas largas
y duras de subir, para completar con la lluvia de los días anteriores, se
encuentra en regular estado, cambia el clima y aparece una neblina no tan
espesa, de esta manera llegamos al Cruce, donde debemos tomar a mano izquierda,
este sector si está en malas condiciones, el protagonista es el barro y las
constantes caídas que sufrimos, al final lo dejamos atrás y nos enfrentamos a
la última etapa del Páramo, por cierto
que es una travesía no tan complicada, además que el Camino mejora un poco.
En la entrada del Bosque
nueva detención a descansar y tomar agua, decidimos comer para recuperarnos y
ganar fuerzas para afrontar la siguiente sección de la Ruta, los 2.5 k.m. tan
difíciles que nos separan de nuestro próximo objetivo Estrella de Agua, vuelve
el barro y los sectores de troncos tan recordados en la subida, pero no crean
que bajando las cosas mejoran como uno piensa, al contrario, nos cuesta trabajo
superarlos. Así continuamos hasta lograr llegar a Estrella, un poco cansados
pero contentos ya que cada vez estamos más cerca del término de esta aventura, de
este lugar al cruce de las Mirlas trecho que aunque no reviste dificultad
mayor, tiene Secciones de ascensos un poco duros que nos cuesta trabajo
superar. En la intersección al Mirador, volvemos a detenernos, para un corto
descanso, de este lugar al Río, la verdad no queda mucho que decir, barro y
resbalones a granel, empezamos a recorrer esta parte, con su cruce de
puentes, donde perdemos el buen ritmo
que traíamos. Así llegamos al final del Bosque, nos resta este tramo que para
ser sinceros estaba en condiciones aceptables, arribo a la Truchera, para
enfrentarnos a esa dura pendiente, que superamos lentamente, ahora si estamos
en el Portón de Hierro, donde nos abrazamos y celebramos el término de esta
excursión.
FIN.