lunes, 22 de junio de 2015

8 AÑOS DESPUÉS POR LA RUTA DE ESTRELLA DE AGUA AL NEVADO DEL TOLIMA


DÍA 1:


Unos días antes de la Semana Santa del 2012, recibí una llamada de mi gran amigo Fernando Tamayo, Montañista de la ciudad de Armenia, el cual agobiado y estresado un poco por su trabajo, Ingeniero Residente, de una conocida constructora de la región, me propone ir al Nevado del Tolima por su Ruta preferida, Estrella de Agua, hacemos la lista del equipo necesario, para empezar de inmediato a conseguirlo, además definimos la del mercado, como me hacen faltan bastantes elementos, llamo a mi compañero de Vivak Montañismo y Escalada, Cristian Palacio de Quimbaya, para que me los facilite. Fernando invita a última hora a Julián, con el cual tiene una amistad de muchos años, además vamos en su automóvil, me recogen a las 6 de la mañana, nos desplazamos de forma rápida por la solitaria ciudad, llegando a Cocora, sin ninguna novedad, guardamos el Carro en el parqueadero del Restaurante que se halla cerca de la Puerta Metálica, nos dividimos en tres partes el mercado y la carpa que consiguió prestada Julián, ya que la de Fernando no estaba completa. Como es costumbre la foto antes de empezar, sonrientes y confiados, arrancamos, como voy con un Morral prestado, estos primeros metros lo siento cómodo, marchamos a un ritmo bueno, decido ir adelante, el camino en excelentes condiciones, seco, aunque es común que en esta época del año llueva y lo vuelva un lodazal. De esta manera llegamos a la entrada del Bosque, la verdad lo disfrutamos, el clima ideal, tomamos un pequeño receso, nos dirigimos hacia los cruces de los puentes sobre el Río Quindío.

 


Donde como es costumbre perdemos un poco el buen ritmo del Sector anterior, nos sigue sorprendiendo el buen estado de la Ruta, parece como si estuviéramos en Verano, llegada al último Puente, si se le puede llamar de esta manera, a un simple tronco, resbaloso y además peligroso, seguimos avanzando, vamos bien, empezamos a subir, llegando de esta forma a la Primera Entrada del Mirador, les propongo a mis dos Compañeros, seguir por el Desvió, que me parece más fácil que por el Camino Principal, este se encuentra un poco cerrado por la maleza, además solo un pequeño sitio es un poco complicado de superar, así llegamos nuevamente a la Ruta principal, donde nos detenemos a tomar agua, me confiesan que no les pareció para nada cómodo el Atajo, mientras estamos discutiendo ese punto, aparece por el Camino, mi Compañero de Vivak, Sebastián López, con un Cliente de Medellín, pueden visitar su sitio, http://elmontanero.blogspot.com/, donde consiguen muy buena información, sobre este apasionante Deporte, se detienen a conversar un poco, confirmándome también mi error en la elección del desvió, en conclusión se despiden, diciéndonos que nos encontramos más tarde en la Finca la Primavera, ahora vamos por el Sector de las Mirlas, donde nos rinde bastante, claro que acá empezó a fallar el morral de Julián y el Mío, ya que el sistema para graduar la altura se aflojaba, lo que nos obliga a cargar el peso con la espalda únicamente, algo que poco a poco empieza a desgastarnos, la verdad el calor nos golpea un poco, pero podemos llegar a Estrella de Agua, en un tiempo, relativamente bueno, para nuestra condición física, nos detenemos unos minutos, para continuar avanzando, noto que voy perdiendo Ritmo, la verdad me siento un poco cansado, para completar en este tramo en que casi siempre sufro, nos alcanza una Recua de Mulas cargadas con madera, las dejamos pasar, pero un poco más adelante, la última resbala y cae en medio del Camino, ni los gritos, ni los golpes del bruto del Arriero, logran surtir efecto en el ánimo del pobre animal, este personaje decide quitarle la carga, pero nada, por lo tanto, como no podemos pasar, nos tenemos que salir y meternos en ese Bosque bajo, pero intrincado que rodea este Sector por el que transitamos, aunque son unos pocos metros nos cuesta trabajo, al terminar le preguntamos al tipo, que va hacer con su Mula, a lo que nos contesta, que ella sola, cuando se recupere, se para y llega donde estén las otras, empiezo a sufrir de lo lindo, no puedo mantener el Ritmo, se me hace interminable, la paso mal, pero por fin aparece el Páramo, allí paramos a almorzar, Milanesas preparadas por Ada, mi Esposa, que delicia, nos hacía falta recargar energías después del gran esfuerzo físico. Antes de ponernos en marcha un apunte que nos hace reír, un buen rato, Pararse vale Plata, tomamos un buen ritmo, nos rinde un montón, el clima perfecto, cielo azul, visibilidad alta, de esta manera llegamos a la primera Señalización en el Valle de los Perdidos, donde paramos un segundo y notamos sorprendidos que desde allí vemos claramente, la otra Señalización donde termina este Sector, además el camino seco, ni un solo rastro del barro tan común en la zona, pasamos muy rápido, llegando a la Bifurcación, donde se empalma con el que viene por la Quebrada Cárdenas y la Laguna de la Virgen, ahora vamos por la Travesía final , fácil, nos rinde mucho, sentimos que lo logramos, aparece la casa de la Finca la Primavera, llegamos y nos ubicamos debajo de un gran plástico, muy cerca de la Casa, armamos nuestra Carpa, quedando sorprendidos por su tamaño y comodidad, algo que me deja atónito, es la gran cantidad de personas Acampando en este lugar, la verdad no recuerdo, en todas las veces que pasé, verlo así. Nos preparamos una buena comida, mientras estábamos en esto, el Perro del lugar, que no amarran, además es ladrón, nos saca la panela, de inmediato me dirijo al encargado, que no toma en serio mi reclamo, algo que termina de dañarme el genio, nos vamos a dormir, muy tarde, llega otro grupo de personas, muy ruidosos, no respetan, pero no podemos hacer nada, así termina este primer día.


DÍA 2:



Muy temprano nos levantamos, lo primero que noto, es que los que llegaron tarde y nos despertaron, eran unas personas de Quimbaya, entre ellos estaba Cristian, preparamos un buen desayuno, también empezamos a desarmar la carpa y organizar los morrales, viendo la difícil situación que tenían los Compañeros, con la estufa, ya que la olla que utilizan es grande, decidimos prestarle la nuestra, para poder preparar su comida, no la devuelven agradecidos, un detalle, para cobrar los de la Finca si son resueltos y efectivos. Ahora si partimos, descendemos de forma rápida a la Quebrada, esta baja con poca agua, no tenemos ningún problema en cruzarla, continuamos por la travesía, sencilla de caminar, pasada por la Finca de Aquilino, sin barro, algo raro, continuamos por los potreros, llegando a el Saladero, donde giramos a la derecha, consiguiéndolo en poco tiempo, en el cruce de la quebrada, me toca el turno de pasar, para esto utilizamos una roca, al saltar, siento una leve molestia en mi rodilla, pierdo ritmo de forma inmediata, vamos muy lento, en una de las muchas detenciones en esa pequeña pendiente, mis Compañeros deciden ayudarme con parte de mi carga, continuamos ahora en terreno un poco más plano, no siento casi molestia, pero no nos rinde como antes del incidente, llegamos a las dos últimas quebradas, tomamos agua y descansamos unos minutos, casualmente llega Oscar, un niño de la Finca la Primavera, que con un caballo lleva unos morrales para el Campamento de Altura llamado El Calvito, como también se detiene, decidimos de común acuerdo, ofrecerle dinero para que nos lleve los nuestros, regateamos un poco el precio, hasta que por fin logramos llegar a un acuerdo, le ayudamos a subirlos y amarrarlos, además le pagamos lo acordado,  nos despedimos, parte de forma ágil, este segmento de la Ruta no la conozco, nos desviamos a la derecha, la señalización es poca, pero existen varias sendas, además los Montañistas que nos preceden nos sirven de referencia, ya sin el Morral, la rodilla no sufre tanto, pero no vamos muy rápido, bien abajo, a nuestra izquierda aparece la Laguna del Encanto.





Seguimos avanzando, la subida es sencilla, en este primer Sector, vamos hacia la falda del Nevado.



Ya podemos ver el sitio escogido para acampar, notamos sorprendidos y extrañados, como el niño, se detiene y baja los Morrales del Caballo, faltándole unos metros, en la pendiente más fuerte pero corta que lo separa del Calvito. Llegamos cuando termina de subir todos los Morrales, nos deja sorprendidos su fortaleza, al preguntarle qué pasó, nos contesta que el Caballo está muy cansado, no puede cargar más arriba, decidimos acampar en este sitio, es la primera vez que paso una noche en este lugar, armamos la Carpa, asegurándola con todos los vientos disponibles, ya que por su tamaño, además del lugar, muy expuesto a las fuertes corrientes de aire que se producen en esta zona.




Sebastián me revisa la rodilla, me tomo un analgésico y para completar me pongo una rodillera que siempre llevo en mi botiquín, ahora nos dedicamos a conversar con las demás personas que se encuentran allí, un poco más tarde preparamos la comida y a dormir,  o eso creíamos, el clima cambia de forma radical, baja la temperatura, además el viento aumenta, casi no podemos dormir, pensando que la Carpa no va a resistir, hubo instantes en que me tocaba la cara, se nos hace eterna la noche.


DÍA 3:



Sentimos como a la madrugada, empiezan a partir las diferentes Cordadas, mientras tanto nosotros esperamos a que amanezca, para empezar a preparar lo que vamos a llevar, salimos por fin de la Carpa, el día totalmente despejado, que espectáculo tan increíble, empezamos a caminar, vamos a buen ritmo, la senda en muy buenas condiciones, de esta manera llegamos a los Arenales.





Desde este sitio podemos observar a varios Montañistas empezando a ascender por el Glaciar, a partir de este lugar Julián empieza a sentirse enfermo, con una fuerte diarrea, además se retrasa bastante, seguimos adelante, tratando en lo posible de seguir lo más recto posible, dejo atrás a mis Compañeros, así llego al último sector rocoso, que supero de forma ágil, para ver aparecer el Helipuerto, empiezo a disfrutar de una Panorámica espectacular, veo el Nevado Santa Isabel y el Nevado del Ruiz, con su Fumarola.









A los pocos minutos llega Fernando, empezamos a preocuparnos por nuestro Compañero, pero al fin aparece, está en regular condición, recorremos el lugar, nos tomamos fotos con esos increíbles Nevados de fondo, además aprovechamos para asomarnos a sitios por los que siempre pasábamos sin prestarles mayor atención, así podemos ver los restos de una avioneta, gracias al brillo de su fuselaje.






Nos sentamos en una roca para decidir que vamos a hacer, si esperar los Equipos que nos va a prestar Sebastián  e intentar la Cumbre o simplemente devolvernos para el Campamento. Nos preocupa el estado de salud de nuestro Compañero y también el tiempo, ya que el día avanza, pero lo más curioso, es que Él, nos insiste para que esperemos para hacer el intento, pero después de analizarlo mucho, vemos que la prioridad es nuestro Compañero, emprendemos el regreso, con un poco de nostalgia, por la oportunidad perdida, pero con la tranquilidad de haber actuado de manera correcta. Casi de forma inmediata podemos comprobar que fue acertada la decisión tomada, ya que bajando por los Arenales, que es un lugar tan sencillo de superar, nuestro Amigo se retrasa mucho, confirmándonos su estado de salud. Al terminar este Sector, nos encontramos con Cristian y sus amigos, que van a subir hasta el Glaciar, continuamos bajando  por el Páramo, donde rinde bastante, por la excelente condición de la senda, aunque para ser sinceros Julián nos retrasa un poco, al final llegamos al Calvito, empacamos nuestros Morrales, nos despedimos de las personas que todavía se encuentran allí, el clima empieza a cambiar, aparecen grandes cantidades de nubes y para colmo la niebla surge, casi de inmediato perdemos contacto con nuestro Compañero, nos detenemos a esperarlo, cuando estamos a punto de devolvernos a buscarlo, aparece por el camino, parece que se encuentra en regular estado, la falta de agua se convierte en un nuevo problema, veo cerca un pequeño charco, un poco retirado del camino, me dirijo para comprobar el estado del agua, no es apta para beber, no lo puedo creer, no tenemos suerte, todo este Tramo se vuelve desesperante por la sed, un recuerdo imborrable,  desde el momento que giramos y ya podíamos ver las dos Quebradas.




Nos obsesionamos por llegar, íbamos dando tumbos, parecíamos ebrios, por fin llegamos, tomamos agua como locos, parecía como si llegáramos de un desierto, que alivio, la pasamos bastante mal hasta la llegada a este lugar, comemos algo ligero y partimos nuevamente, vamos con mejor ánimo, pasamos por donde Aquilino, sin ninguna novedad, subimos con calma a la Finca la Primavera, donde nos detenemos para que nos vendan algo de comer, lo único que tienen es agua de panela con queso, lo cambiamos por parte de mercado, el clima empeora subiendo esas Rampas duras después de la Finca, en el momento justo que llegamos a la Señalización, empieza un fuerte aguacero, que casi no nos da tiempo de colocarnos los impermeables, además la niebla está muy espesa, pero decidimos seguir avanzando, aprovechando unas cintas de colores que marcan perfectamente el camino, sufrimos resbalones y caídas a granel, todo por la lluvia, pensar que cuando subimos estaba completamente seco, llegamos al final del Valle de los Perdidos, giramos a mano derecha, llueve a cantaros, pero no pensamos en parar, por fin escampa cerca de la entrada al Bosque, donde nos detenemos a quitarnos los impermeables y a descansar unos minutos, nos sorprende la hora, cuatro de la tarde, por lo tanto optamos por seguir hasta Estrella de Agua, que se encuentra a solo 2.5 kilómetros, volvemos a sufrir un montón en este trayecto tan corto, vamos disgregados, voy adelante, en medio viene Fernando y como todo este día, Julián cierra la fila, el tiempo avanza muy rápido, creo que va a oscurecer antes de poder llegar, viendo esto, me detengo y alisto mi Frontal, por fin aparece Estrella, que alivio tan grande, descargo el Morral, a los pocos minutos aparecen mis Compañeros, mientras empezamos a sacar la Carpa, se obscurece de forma  inmediata, prendemos las Frontales para terminar el armado, preparamos la comida, reposamos un momento, pero como estamos tan cansados nos vamos a dormir.


DÍA 4:


No levantamos, sentimos que el descanso no fue suficiente para recuperarnos del gran esfuerzo físico del día anterior, estamos muy adoloridos, empezamos a preparar el desayuno, Fernando y Julián sentados adentro de la Carpa.





El primero tratando de prender la Estufa, de pronto Julián nota que la llave está abierta, pero es tarde no alcanza a prevenir a Fernando, este aprieta el botón de encendido, sale una gran llamarada, la puede tirar afuera, no sé cómo no se quemaron mis Compañeros y menos la Carpa, como me cae cerca, le doy una patada para alejarla, de pronto estalla, que susto el que nos pega,  no lo podemos creer, además de la otra Carpa y de la Casa salen a ver qué fue lo que sucedió, buscamos por los alrededores los fragmentos, solo encontré parte de la hornilla con la famosa llave, que guardo como recuerdo.





De verdad queda muy poca cosa, pensar que nuestro Compañero la estaba estrenando, bueno pero es una buena anécdota para contarle a nuestras familias, menos mal que Julián llevaba otra para evitar cualquier eventualidad, con está terminamos de preparar el desayuno, empacamos y emprendemos el camino, este sector hasta las Mirlas, de vuelta, tiene sus partes duras de subir, la única ventaja, es que son bastante cortas, de todas maneras vamos despacio y tranquilos, eso sí mucho calor, pero hay agua en grandes cantidades a nuestra disposición, volvemos a detenernos en la entrada al Mirador, les hago una nueva proposición, la de utilizar nuevamente el Atajo que usamos subiendo, casi me pegan, pero la verdad era por molestarlos, vamos por el camino principal, con bajadas fuertes y resbalosas, que se supera de forma muy rápida, al llega al primer desvío, les pregunto qué opinan del Sector que acabamos de pasar, me dicen que creen que en sentido contrario debe ser duro de subir, a lo que les contesto que están en lo correcto, que aunque corto cuesta su buen esfuerzo superarlo. De este sitio al Rio Quindío, nada que reseñar, nueva parada en ese Puente, que la verdad no es sino un tronco peligroso, a tomar agua y comer algo, mientras estamos sentados en este lugar, vemos como dos personas se caen, menos mal sin consecuencias que lamentar, continuamos por el cruce de los demás  Puentes, lo único complicado es la gran cantidad de personas, lo que en ciertos cruces debamos esperar unos minutos mientras pasan y se toman fotos, salimos hasta el lugar donde llegan los turistas a caballo, que es un lodazal difícil de superar, de esta manera llegamos hasta la salida del Bosque, nueva detención a descansar unos pocos minutos, ahora entramos a la parte aburridora, el cruce del Valle, lleno de personas montando a caballo, que no respetan a los caminantes, dificultándonos poder avanzar con tranquilidad, pero bueno no podemos evitarlo, de esta manera aparece nuestro último obstáculo, esa pendiente de la Truchera, que la mayoría de las veces nos golpea, la superamos muy lentamente, hablando y riéndonos al recordar todas las vivencias, por fin  aparece la puerta metálica, ahora solo nos resta llegar hasta el parqueadero para dar por concluida esta aventura.


FIN.


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